La pacificación del tráfico en la marginal izquierda del Jardín del Turia, en concreto, en el entorno monumental del Museo de Bellas Artes San Pío V y el convento de la Trinidad que el concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, defendió el pasado lunes sería viable con una inversión de 6,6 millones de euros.
Es ese el presupuesto del sistema de pasos inferiores proyectado en 2006 por el ingeniero valenciano Jaime Hurtado que hoy cobra actualidad a raíz de los planes de mejora paisajística y de integración urbana del entorno de la pinacoteca y el plan especial de protección de Serranos y San Pío V.
Jaime Hurtado dio a conocer su proyecto de túnel unidireccional de dos carriles en la marginal izquierda del río en 2006, coindiciendo con las obras de la quinta fase de ampliación del museo. La idea, explica Hurtado, era y es «realzar el museo, que actualmente se encuentra junto a una vía rápida de tres carriles, lo cual es una barbaridad».
El paso inferior proyectado por Hurtado, que arrancaría frente a Viveros y pasaría por delante del museo, bifurcándose hacia la calle Alboraia, permitiría «enterrar» el tráfico rodado de la margen izquierda del río y ganar para el peatón el espacio ubicado delante del Museo San Pío V, propiciando así su conexión con el Jardín del Turia.
«Además de hacer más fluido el tráfico, se eliminaría la contaminación de los vehículos sobre el museo, y se crearía una gran explanada peatonal que uniría el conjunto cultural y los jardines de Viveros con el antiguo cauce del Turia», el principal pulmón verde de la ciudad.
La explanada peatonal que se ganaría frente a la pinacoteca tendría una superficie de 15.000 metros cuadrados, lo que generaría un acceso a la pinacoteca «amable, sin ruidos y de mayor calidad estética».
El proyecto del túnel se realizó en 2006, y se presupuestó en 6,6 millones de euros, una cifra que hoy habría que actualizar. Técnicamente, la infraestructura proyectada por Hurtado utiliza el sistema de excavación conocido como «método del metro de Milán». Este método consigue que se corte el tráfíco el mínimo tiempo posible, ya que primero se ejecutan los muros pantallas, más tarde la losa de cubrimiento, y más tarde se da acceso al tráfico rodado, mientras que se excava bajo la losa ya ejecutada.
Hurtado planteó un paso inferior ventilado, que tenía en cuenta que la línea 2 del Metro de Valencia estaría acabada y que eliminaba el paso de peatones entre el pont de Fusta y la Estación, algo que habría que revisar ya que la línea no está acabada y el antiguo Pont de Fusta ha desaparecido y se ha sustituido por un nuevo puente para tráfico y peatonal.
El ingeniero calculó un plazo de ejecución de 20 meses para esta infraestructura, que permitiría soterrar los tres carriles de tráfico existentes en la actualidad frente al museo y eliminar el cruce en superficie de la calle Alboraia, con San Pío V y el puente de la Trinidad, una zona que soporta una intensidad de tráfico de 43.000 vehículos diarios.
Las rampas de entrada y salida del túnel, que tendría una bifucarcación hacia la calle Alboraia, tendrían una pendiente del 6,8% y estarían frente a la valla de Viveros y pasado el puente histórico de la Trinidad, cuya peatonalización lleva años pendiente. La velocidad en el interior del paso inferior no podría superar los 50-60 kilometros por hora, un límite que ya se exige en toda la ciudad y que se rebaja en las zonas 30.
Un análisis del tráfico
El proyecto de Jaime Hurtado incluye un análisis del tráfico en la zona, calculando así la capacidad del túnel y la ordenación semafórica de la zona. El ingeniero planteó incluso una solución para el desvío provisional del tráfico por la margen derecha del río mientras se ejecutasen las obras de los túneles.
El edil de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, apostó esta semana por la ejecución del túnel de la marginal izquierda del jardín del Turia. Considera que su ejecución es más viable por su menor complejidad que el túnel de la marginal derecha, donde la presencia de restos arqueológicos y árbolado monumental dificultaría y encarecería la intervención. La construcción de un sistema de túneles para liberar el tráfico de las marginales se remonta a la época de Francisco Camps como concejal de Tráfico, si bien no ha visto la luz por su elevado coste.
