El hasta hoy gerente de la Fundación InnDEA y las Naves del Ayuntamiento de València, Rafael Monterde, asegura ser víctima de «un linchamiento mediático y político» y recuerda que nunca ha estado imputado dentro del caso que investiga la trama corrupta que dirigía el exconseller Rafael Blasco y que saqueó durante años las ayudas económicas al Tercer Mundo. Defiende su honorabilidad y asegura que sí denunció, mediante filtraciones a la prensa y a grupos políticos, lo que ocurría en la conselleria pero no acudió a la fiscalía porque era «gente con mucho poder».
Después de un tenso fin de semana, Rafael Monterde atiende a la llamada de este diario para explicar que su cese fulminante, que hoy aprobará el patronato de Inndea en una reunión urgente tras conocerse que hizo de topo en la conselleria de Solidaridad para denunciar los desmanes de la red que dirigían Blasco (ahora en la cárcel), «no es justo» y obedece a razones políticas. Asegura sentirse respaldado por el alcalde, Joan Ribó, y, hasta hoy, por el concejal de Participación, Jordi Peris, su valedor en Inndea y compañero del departamento de Proyectos de Ingeniería en la UPV, adonde volverá ahora a dar clases.
¿Como ha vivido las últimas horas tras la tormenta desatada por sus correos electrónicos con la trama de Blasco?
Es duro verte mezclado en una historia tan desagradable. Tras mi declaración como testigo en el caso Cooperación, hace un año, tanto el fiscal, como la juez y las acusaciones consideraron que en mi actuación no había causa de imputación. La filtración de parte del sumario ahora no la entiendo. Esto ha sido un linchamiento mediático y político, pero no de ahora, llevan un año cuestionando mi gestión en la fundación y desgastando. Es cierto que los e-mails tienen un lenguaje especial pero ya he explicado por qué ese «compadreo». Me acusan de no haber ido a la fiscalía a denunciar lo que ocurría pero aquel momento (2009) no era como el actual en que hay más facilidad y más mecanismos de transparencia. No había un buzón de denuncias anónimo. Como dijo el juez, esta gente funcionaba como una banda criminal y yo no soy un héroe.
¿Cómo llegó a trabajar para la conselleria?
Pilar Collado (ex directora de Cooperación) contacto conmigo en la universidad para hacer una consultoría de asistencia técnica en la evaluación de las ONGs. La ley universitaria permite hacerlo [puntualiza]. Empecé a ver cosas. Que las evaluaciones se hacían «grosso modo», la información de los procesos era muy opaca, y los criterios de concesión muy discrecionales. Yo mejoré el sistema de selección, y así lo recoge el auto del juez, incluso informé negativamente de algunos proyectos, otra cosa es que luego se trucaran y acabaran recibiendo las ayudas. Tengo la conciencia tranquila en este sentido y quiero defender mi honorabilidad.
Jordi Peris le ha invitado a dimitir ¿por qué no lo ha hecho?
Creo que mi cese no es justo, pero lo tengo que aceptar porque soy un cargo de libre designación y quien te pone, te quita, pero insisto en que nunca he estado imputado ¿Por qué a mi no se me aplica la línea roja? No hay un motivo técnico, todo responde a una decisión política. Si hubiera estado imputado, inmediatamente hubiera renunciado.
¿Quién le cesa entonces?
Todo responde a una decisión política, yo soy una víctima, aunque no pertenezco a ningún partido político. Creo que todo el revuelo va más allá de mi persona y perjudica a un proyecto transformador y a un gobierno de cambio. Ahora volveré a la universidad a preparar mis clases. Voy a ganar en calidad de vida.
¿Le ha llamado el alcalde?
Con Joan Ribó no he hablado pero sé de su apoyo al proyecto de renovación de las Naves.
