El alcalde de València, Joan Ribó, defendía ayer la prioridad para peatones y transporte público como medio de mejorar la calidad del aire que respiran los vecinos y agregaba: «Aquí estaba todo por hacer, pero ya podemos decir que València camina, por fin, hacia la movilidad sostenible». Ribó intervenía en el acto 'Movilidad Sostenible y Calidad del Aire en València y ámbito metropolitano', acompañado de la concejala de Medio Ambiente, Pilar Soriano, y el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi. El objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40% en el año 2030, según Ribó.

Según Ribó, en una ciudad grande como València la movilidad tiene unos efectos inmediatos sobre la calidad del aire y sobre la calidad de vida. Por ello, el Ejecutivo «entiende la movilidad de una manera diferenciada a la que se ha venido practicando hasta ahora», invirtiendo el antiguo orden de prioridades: «Primero caminar, después en bicicleta y con transporte público y, en último lugar, con transporte privado (moto o coche)».

El modelo de movilidad urbana impulsado hasta hace poco tiempo era, comentaba ayer «insostenible tanto por el mal uso de un recurso escaso como el espacio público (cada vez más para los vehículos privados) como por la grave contaminación que esto comportaba». Pese a las adhesiones a compromisos estatales e internacionales o, incluso, a la elaboración de un Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) «el gobierno anterior, en un ejercicio que se podría denominar de «trumpismo» (en referencia a Donald Trump) no dio un solo paso para cumplir sus compromisos por la sostenibilidad y guardó su PMUS en un cajón».

Como tercer eje de acción, el alcalde se refería a la potenciación de los medios de movilidad sostenible como la bicicleta, para los cuales se están creando infraestructuras segregadas, y ha resaltado el repunte en el número de abonados al servicio público de bicicletas, Valenbisi, que llevaba en un descenso continuado desde su primer año de funcionamiento.

Unos 8.000 ciclistas al día

El alcalde ha citado otras actuaciones, como la conexión de carriles-bici (Pont de Fusta con el centro, o puente de las Flores), la ampliación de la red (con el anillo central de la ciudad, el carril-bici a Malilla, o Benimaclet, entre otros) o los más de 20 nuevos kilómetros de carril-bici de calidad (que quepan dos bicis en cada dirección y conexiones razonables). Se calcula que al menos 8.000 personas que se desplazan en bici utilizan cada día el anillo ciclista.