Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Arquitectura

Tormenta de ideas para la Ceramo

Futuros arquitectos presentan 16 propuestas para recuperar la antigua fábrica de Benicalap

Tormenta de ideas para la Ceramo

El Palacio del Marqués de Dos Aguas y sede del Museo Nacional de Cerámica González Martí exhibe desde esta semana y hasta el 12 de noviembre 16 propuestas de intervención para la antigua fábrica de arquitectura «neoárabe» de la Ceramo, en Benicalap, presentadas como proyecto de fin de carrera de los alumnos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de València. Tras años de abandono y después de que el Govern de la Nau haya trasladado, vía permuta con Solvia, la edificabilidad residencial prevista en la parte trasera del edificio, la fábrica afronta un nuevo futuro con una nueva funcionalidad urbana.

La exposición de los proyectos de los futuros arquitectos inaugurada esta semana incluye maquetas y figuraciones de las distintas propuestas que tienen como objetivo común recuperar la fábrica de cerámica, cerrada desde hace más de dos décadas y de propiedad municipal, y convertirla en un nuevo espacio público para uso ciudadano, formativo, laboral y de exposiciones.

Además de la recuperación del edificio como tal, una reivindicación histórica de los vecinos del barrio, los jóvenes arquitectos abordan la necesidad de acometer una mejora urbanística y de la movilidad en todo el entorno. En esta línea, Joaquín Antón apuesta por crear un nuevo eje verde y por trasladar a la calle J. Grollo el acceso principal de la fábrica, algo que permitiría conectar varias plazas y dotaciones del barrio. Plantea, además, la restauración de una de las naves para reutilizarla con talleres de cerámica, recuperando así el oficio tradicional. Propone asimismo un muro cortina acristalado que ponga en valor los arcos ojivales de la fábrica y permita ver desde el exterior la actividad de los artesanos.

Los arquitectos proponen como constante en sus proyectos que la fábrica se destine, al menos en parte, a dotaciones y espacios de usos ciudadanos, como salas múltiples, espacios para conferencias y una biblioteca. Del mismo modo los nuevos criterios de movilidad sostenible, peatonal y ciclista se repiten en las propuestas que en muchos casos abogan por hacer de la fábrica un «edificio pasante», con doble entrada, para generar una nueva manzana abierta al ciudadano. Así lo diseñan Irene Ollés y Carlos Sánchez, quien sugiere además la pacificación del tráfico en la avenida Burjassot y la creación de un museo y un centro de documentación sobre la cerámica en la fábrica. Ollés plantea la reutilización de las antiguas naves como espacio de «coworking» y exposiciones e incluye un restaurante como nuevo uso para la fábrica.

Una de las propuestas más originales es la de María Payá que formula construir una rampa volada sobre el patio de la fábrica y los restos arqueológicos de las balsas de lodos. Esta pasarela, inspirada en los diseños de Niemeyer, permite crear un recorrido museístico en altura y liberar el espacio a cota cero del patio, que funciona como elemento distribuidor.

La fábrica se convierte así en un nuevo hito para el barrio y en pieza destacada de un nuevo eje peatonal y cultural que conecta el Jardín del Turia con el Parque de Benicalap pasando por la Ceramo y la antigua fábrica de Bombas Gens, recientemente restaurada y reconvertida en centro de arte.

Otros jóvenes arquitectos proyectan cubrir el patio con pérgolas o estructuras a modo de auditorio. Marta Segura recomienda una combinación de usos desde el laboral al ciudadano, pasando por el cultural y lúdico y que incluye tiendas para la venta directa de los productos de artesanía que se fabriquen en la Ceramo.

El director del Museo González Martí, Jaume Coll, que en reiteradas ocasiones ha apostado por convertir la Ceramo en una extensión del espacio museístico de titularidad estatal y depositario de más de 2.000 piezas procedentes de la Ceramo, aseguró, durante la presentación de la exposición el pasado martes, que la Ceramo es «el único edificio industrial de nueva planta dedicado a la cerámica» de València y que, sorprendentemente, se ha mantenido íntegro a lo largo de cuatro generaciones.

Coll destaca el valor de esta fábrica como centro de interpretación privilegiado de la cerámica aplicada al Eclecticismo y Modernismo arquitectónico de València. Los terrenos de la fábrica fueron adquiridos en 1888 por Julián Urgell y su construcción se inició en 1889 por la Sociedad Ros y Urgell formada por el primero junto al ebanista José Ros.En 1890, la fábrica se inicia en la producción de loza de inspiración medieval. La historia de la empresa tiene tintes novelescos ya que además de poseer la fórmula supuestamente secreta de la cerámica de reflejo dorado, una parte del negocio se centraba en la falsificación de obras de arte. La calidad de las copias de objetos artísticos, especialmente esculturas, era conocida y codiciada por los coleccionistas.

El comisario de la exposición destacó que la Ceramo no solo tiene un gran pasado sino también un gran futuro. El edil de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, destacó en la inauguración que las ideas de los futuros arquitectos no caerán en saco roto y "seguro que arrojan luz a la «a la recuperación de este patrimonio histórico". El profesor de arquitectura y comisario de la exposición Tato Herrero destacó que en este taller de arquitectura se ha logrado que la Ceramo deje de ser un "hito inaccesible" para los vecinos del barrio y se convierta en un nuevo nodo para el barrio.

Compartir el artículo

stats