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Análisis

Una semana trágica

El 16 de octubre de 1868 el general Prim ordena bombardear València para acabar con la sublevación de las milicias populares, que incluso ganaron alguna batalla al ejército profesional

Una semana trágica

La noche del 8 de enero de 1870, las calles del Moro Zeid, l´Empedrat y la Carda registraban un bullicio inusitado. Junto a la puerta del Teatro de la Libertad, un cartel anunciaba con grandes caracteres tipográficos el estreno de la obra teatral 'Valencianos con honra', drama en tres actos y en verso -rezaba el cartel- original e histórico de don Francisco Palanca y Roca. Escrito sobre los acontecimientos ocurridos durante la terrible lucha sostenida en Valencia, en octubre de 1869.

En estos días se cumplen 148 años de unos sucesos que llenaron las calles de València de fuego y sangre. Esta es una sucinta relación de los hechos:

Día 6-10-1869

Corren rumores del eminente desmantelamiento de las Milicias Populares, nacidas al amparo de la 'Gloriosa Revolución' de 1868, formadas por ciudadanos progresistas y republicanos y herederas de las milicias de voluntarios liberales que luchaban contra las partidas carlistas.

El Capitán General de la Región, Rafael Primo de Rivera y Sobremonte, convoca a los jefes de las Milicias Populares (Batallones de la Libertad) para garantizarles que si mantienen el orden no habrá desarme.

Día 7-10-1869

Milicianos populares son desarmados en el Grau, por orden al parecer del gobernador civil de Valencia, José Peris y Valero.

El alcalde de Valencia y jefe de los republicanos federales José Antonio Guerrero, se entrevista con el capitán general Primo de Rivera, que dice desconocer la orden.

Crece la irritación entre las milicias populares, con el respaldo de una mayoría de la población ciudadana y de la huerta de València, movilizados por José Pèrez Guillèn 'El Enguerino'.

Día 8-10-1869

El capitán general Primo de Rivera comunica al alcalde de València José Antonio Guerrero y a los jefes de las milicias, que tienen tres horas para entregar las armas en cumplimiento de un decreto del regente Serrano, comunicado por el ministro de la gobernación, Práxedes Mateo Sagasta.

Los jefes republicanos se sienten engañados tanto por el gobernador civil, José Peris y Valero, como por el militar, Rafael Primo de Rivera y convocan a todos los Voluntarios de la Libertad a concentrase en la plaça del Mercat.

Virgilio Cabalote, recluta a los labradores del Cabanyal y junto a los estibadores del Puerto, marcha hacia el Mercat.

José Pérez Guillén 'El Enguerino' hace lo propio con los labradores de las huertas de Pedralba, Bugarra, Vilamarxant y Riba-roja.

Se toman posiciones en las puertas de Sant Vicent y Quart y se forman barricadas. El 'Enguerino', ante las Torres de Quart, arenga a sus voluntarios que, en gran número allí se concentran. No sin antes advertirles que: "¡Antes que nada es la honra, debemos de ser honrados y lo seremos, al que me robe un alfiler se lo clavaré en la lengua!".

Más de seis mil ciudadanos con escopetas, cuchillos y navajas, se preparan a una confrontación a todas luces desigual. Desde Capitanía General se forman los batallones del Regimiento de Toledo y de la Princesa, al mando del coronel Deza y el del Regimiento Zamora, al mando del coronel Angulo. Repican las campanas de Sant Joan del Mercat y no es a misa, tocan a somatén.

1.ª Confrontación

La primera confrontación se produce en la calle de las Mantas, el ímpetu y la rabia acumulada de los milicianos coge por sorpresa a un ejército profesional que contempla como su jefe, el coronel Deza y sus oficiales, caen abatidos por el fuego miliciano.

El batallón descabezado se bate en retirada a la espera de instrucciones del mando central.

2.ª Confrontación

El regimiento Zamora al mando del coronel Angulo, no logra pasar de la calle San Fernando. Cae malherido y mueren sus oficiales, el batallón se repliega y espera órdenes. Los gritos de «¡Viva la república federal!» se confunden con los lamentos de los heridos y el estampido de los disparos.

3.ª Confrontación

Parte de la desbaratada columna del coronel Deza, capitaneada por el comandante Antonio Alonso, intenta entrar en la plaça del Mercat por detrás de la Llotja, pero son literalmente aniquilados, en la plaça de les Panses. El comandante Alonso cae en la batalla.

4.ª Confrontación

Nadie en Capitanía General esperaba esta derrota. Primo de Rivera recompone los restos del Regimiento Toledo y pone a su mando al coronel Hevia. Al amor propio se une la sed de venganza. La columna avanza por la calle Cavallers, para por la Bosseria acceder a la plaza del Mercat.

Pero los guerrilleros aparecen por todas las bocacalles y en el Tossal son acorralados, vencidos y humillados. A pesar de todo, las bajas por los dos bandos son innumerables, el coronel Hevia una de ellas.

Días 9 al 15-10-1869

Ante el estrepitoso fracaso del ejército, el ministro de gobernación Sagasta pone al general Martínez Campos al mando de la operación y le ordena acabar cuanto antes y al precio que sea con la rebelión.

Mientras el ejército prepara su artillería, los Voluntarios de la Libertad montan guardia en las barricadas, armados de sus escopetas, navajas y cuchillos. Son numerosas las muestras de apoyo de la población facilitándoles víveres y ropa de abrigo. Una calma tensa que no presagia nada bueno, domina el ambiente.

Día 16-10-1869

Finalmente, el día 16 de octubre el general Prim, presidente del Gobierno, da la orden de bombardear València. Durante más de seis horas los cañones situados en la calle Sagunt, el cuartel de Sant Francesc, el Portal de Sant Vicent y el que más daños causa, el situado en Patraix, lanzan sus granadas sobre la ciudad de València, sin respetar ni a milicianos ni a civiles. La metralla de las bombas al explotar causa estragos entre la población. La sangre corre por las calles y el fuego consume barricadas y viviendas.

El Barri de Velluters es el más castigado por el bombardeo. Las bombas no respetan ni el Mercat, parte de sus columnas quedan destrozadas, ni el centenario Molí de Na Rovella que finalmente tuvo que ser demolido.

Los jefes republicanos, viendo que la situación es insostenible y en evitación de más bajas tanto en los milicianos como en la población civil, deciden deponer las armas, con la condición de respetar las vidas de los combatientes.

A pesar de la oposición de los militares, deseosos de vengar las afrentas sufridas y la muerte de sus oficiales, presionados por Prim llegan a un acuerdo y se firmar la paz.

Repican las campanas de Sant Joan del Mercat y no es a misa, tocan a muerto.

Personajes

Juan Prim i Prats

Reus 1814-Madrid 1870

Comenzó su carrera militar a los diecinueve años, alistándose como voluntario para combatir a los carlistas consiguiendo el grado de general en 1840 y el de teniente general en 1856. Participó activamente en la Guerra de Marruecos (1859-1860) lo que le valió el título de Marqués de los Castillejos.

Afiliado al Partido Progresista, pasó en 1858 a las filas de la Unión Liberal para volver de nuevo al Partido Progresista en 1863. Durante esta década tuvo que exiliarse varias veces tras conspirar y participar en fallidos pronunciamientos militares, hasta septiembre de 1868 que regresado de Londres se une en Cádiz al Almirante Topete para pronunciarse contra la reina Isabel II y exigir su abdicación. Era el triunfo de la «Gloriosa». Meses más tarde en enero de 1870 fue nombrado Jefe de Gobierno, apostando por la opción monárquica en contraposición de la republicana.

El 27 de diciembre de 1870, el mismo día que salía hacia España Amadeo I, el monarca propuesto por Prim, sufrió un atentado; tres días más tarde falleció.

José Peris y Valero

València 1821-1877

Político y abogado, compartió bufete con su amigo Cristóbal Pascual y Genís.

Formó parte a los dieciséis años de las milicias combatiendo a las guerrillas carlistas.

Alcalde de València en 1856 promovió la pavimentación y reforma de numerosas calles de València. Dirigió el periódico «Dos Reinos», órgano del Partido Progresista.

En 1868 presidió la Junta Revolucionaria y fue nombrado Gobernador Civil de València. Con la abdicación de Amadeo I, abandona la política.

José Pérez Guillén "El Enguerino"

Pedralba 1834-1902

Militante republicano con una asombrosa capacidad de movilizar a las masas.

Conocido en todos los pueblos de la huerta de València, intervino activamente en la revolución de septiembre de 1868 y en las revueltas de octubre de 1869 comandando a los Voluntarios de la Libertad.

Hombre de fuertes convicciones republicanas y de una integridad intachable. Famosa es la frase de su arenga al pie de las Torres de Quart: "Antes que nada es la honra, debemos de ser honrados y lo seremos, al que me robe un alfiler se lo clavaré en la lengua".

En 1873 formó parte de la Junta Revolucionaria del Cantón de València, ostentando la cartera de guerra, junto a Virgilio Cabalote.

Virgilio Cabalote

Personaje con gran predicamento entre los trabajadores del Cabanyal y del Grau, sobre todo entre los estibadores del Puerto.

Reclutó y comandó a los labradores del Cabanyal y a los trabajadores del puerto en los sucesos de octubre de 1869.

También participó activamente en la revolución cantonalista, formando parte junto a José Pérez Guillem "El Enguerino" de la cartera de Guerra en la Junta Revolucionaria del Cantón de València.

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