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Plan Cabanyal ingresará 500.000 € por la segunda subasta de casas y prepara la tercera

24 personas se interesan por los 13 inmuebles municipales y ruinosos y ofrecen hasta un 25% más del precio de salida

La Sociedad Pública Plan Cabanyal suelta lastre con los más de 500 inmuebles vacíos y en estado ruinoso que acumula en el Cabanyal y empieza a hacer caja con la enajenación de estos inmuebles. A falta de la baremación de las ofertas presentadas a la segunda subasta de casas y solares, que el anterior gobierno compró para derribar y prolongar la avenida Blasco Ibáñez, la sociedad calcula unos ingresos de 500.000 euros. El concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, y la concejala de Patrimonio, María Oliver, presidieron ayer la apertura de las 74 ofertas, de 24 ofertantes distintos, recibidas en este segudo proceso de subasta, que ha suscitado mucho más interés que el primero.

Ante los buenos resultados de esta segunda subasta, la sociedad Plan Cabanyal prepara un nuevo lote de inmuebles para la venta, en los que está previsto incluir casas tradicionales, edificios enteros y solares. Se trata de empezar a sacar al mercado «lo mejor». Hasta ahora Plan Cabanyal ha enajenado inmuebles en muy mal estado y dispersos, reservándose las viviendas más interesantes y rentables, como algunas casas de tipología modernista de 200 metros cuadrados. Esta tercera subasta podría generar más del doble de ingresos que las que se han llevado hasta ahora.

La venta de las viviendas municipales apalancadas durante años está permitiendo impulsar la rehabilitación por parte de los privados y, al mismo tiempo, generar ingresos a la sociedad para avanzar en la rehabilitación del patrimonio y las dotaciones pendientes

Entre las personas que optan a quedarse una de las viviendas subastadas se encontraba ayer un empleado del puerto, de 43 años, que vive en Bétera y quiere comprarse una casa en el barrio para instalarse allí a vivir. «Es un barrio con mucho futuro, con encanto y con historia, aunque queda mucho por hacer». Ha presentado una oferta para quedarse con el inmueble de la calle Vicente Ballester con un precio de salida de 29.000 euros. Entre los posibles adjudicatarios de viviendas hay algunas familias gitanas que también han presentado oferta a los inmuebles, que se han vendido por precios que oscilan entre los 17.000 y los 64.000 euros. De media las ofertas superan en un 10% el precio de salida, y en las viviendas más solicitadas se ha superado en un 25% el precio de salida, situándose en valores de 865 euros el metro cuadrado, por encima de los precios de la zona, situados en 692 euros/m2.

El gerente de plan Cabanyal, Vicente Gallart, asegura que un porcentaje alto de los ofertantes, entre el 60-70%, compran para rehabilitar y luego alquilar para uso residencial puesto que el arrendamiento para apartamentos turísticos está prohibido en los pliegos de condiciones de la subasta. La mayoría de ofertantes son españoles y algunos vecinos «de toda la vida del Cabanyal».

Las viviendas con más demanda han sido las dos de estilo popular que se enajenaron, ubicadas en las calles Progreso, 183 y Amparo Guillem, 2. Ambas casas han recibido un total de 13 ofertas, seis de ellas para destinarlas a residencia. Entre los ofertantes destacan dos clínicas dentales de Sagunt y Orriols que han pujado por varios inmuebles. Tras la apertura de las plicas y la baremación de las ofertas, que han sido todas válidas, la sociedad Plan Cabanyal informará a finales de semana, previsiblemente, de los adjudicatarios. En la subasta se han enajenado viviendas con una superficie de entre 93 y 38 m2 ubicadas en las calles Progreso, Sol, Juan Mercader, Amparo Guillem, Luis Después, Mijares, Vidal de Canelles (donde se encuentra el único inmueble sin ofertante), Vicente Ballester y Padre Luis Navarro.

El ayuntamiento de València ha puesto varias condiciones en los pliegos de la subasta para evitar la especulación en el barrio, entre ellas que solo pueda haber una propiedad por comprador, y que el destino sea necesariamente a la vivienda habitual o permanente del comprador, o el alquiler por espacio de al menos 10 años, prohibiéndose el uso para apartamentos turísticos.

El incumplimiento de las condiciones de la adjudicación, como no pedir licencia en los meses siguientes a la adjudicación, puede ser causa de resolución del contrato de compra venta.

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