Los vecinos de Ciutat Vella han aprovechado la muerte de un hombre de 29 años en el barrio chino de València (Velluters) para denunciar la creciente inseguridad que se vive en la zona, con una prostitución al alza, droga en su entorno y amenazas a los propios residentes, cuyas casas son bloqueadas con palillos y silicona. Es más, se quejan del incumplimiento de las promesas del ayuntamiento.
"Los vecinos vemos cómo el barrio está degenerando. Un barrio que se intentó recuperar con las inversiones y rehabilitaciones de hace varios años se hunde en un pozo, donde no se puede vivir", asegura la Coordinadora de Ciutat Vella después de reunirse con los vecinos de la Plaza Parcent, la calle Viana y adyacentes.
"Hay zonas donde la limpieza no existe. Hay zonas donde las ratas pasean de un solar a otro como dueñas y señoras. Algunos vecinos ya las han detectado en un cuarto piso", aseguran.
Pero sobre todo se quejan de la prostitución y la droga, "prostitución ejercida en unas condiciones higiénicas infames" que resulta "insalubre y peligrosa", tanto para las mujeres como para los clientes.
También la droga "invade el barrio". "Este comercio -dicen- ocupa pisos para el menudeo, pisos que no pueden habitar los vecinos necesitados". Es más, aseguran que la lucha por dominar el mercado ha incrementado la violencia. "Hace una semana empezaron a matar, después ofrecerán protección a los comerciantes y así hasta llevarnos al Chicago de los años 20", relatan.
Como consecuencia de todo ello, los vecinos ven sus "plazas y jardines ocupados, sus viviendas violentadas con palillos o silicona en las cerraduras" y una situación general que "empieza a ser grave". "Después, cuando haya otra muerte, todos nos manifestarán buenas intenciones y no harán nada", lamentan.
Abandonados
Y es que los vecinos aseguran que la administración central y la municipal los han abandonado. "Los vecinos pagamos los impuestos que nos imponen pero no recibimos la seguridad que nos prometen". "Las promesas realizadas por el ayuntamiento en julio no se cumplen. Los solares vallados se convierten en basureros. El objetivo a conseguir es la especulación urbanística y mientras tanto, las vecinas y los niños disfrutan de la insalubridad y de la selva de esos rincones", dicen.
