En la Policía Local de València ya había 240 chalecos antibalas en no muy buenas condiciones de uso y además se habían comprado recientemente 160 más, pero los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils dispararon la alerta terrorista y obligaron a replantearse las medidas de protección ciudadana (vallas en las zonas comerciales y festivas, mayor vigilancia policial en las calles, etc.) y las de los propios agentes policiales, concretamente los que cada día salen a patrullar las calles.
En el mes de septiembre, la concejala de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzzato, anunció, por tanto, la compra de 500 nuevos chalecos, de manera que estuvieran protegidos todos los agentes operativos. La inversión prevista era de 380.000 euros, a razón de 600 o 700 por prenda. Y la previsión era tenerlos disponibles en un mes y medio, es decir, ya deberían estar a disposición de los agentes.
Alerta general en Europa
Sin embargo, esos plazos no se están cumpliendo. La empresa finlandesa Verseidag, a la que se han solicitado los chalecos para València, es una de las punteras del sector y está completamente saturada de trabajo. Decenas de ciudades europeas, donde también se ha desatado la alerta terrorista tras los atentados de Francia, Bélgica, Alemania o Reino Unido, han recurrido también a esta empresa para equipar a sus policías y han acabado desbordando su capacidad de producción, de manera que los pedidos no están saliendo en los tiempos previstos.
Según la concejala Anaïs Menguzzato, hasta el momento únicamente han llegado 50 chalecos adaptados a las mujeres, una prenda que nunca antes había tenido la Policía Local de València y que facilita mucho el trabajo de las agentes, ya que se adapta a su anatomía y aumenta la protección.
Por el contrario, no llegan los chalecos masculinos, que son el grueso del pedido. Según la concejala de Protección Ciudadana, todo indica que llegarán remesas todos los meses, pero no en un único envío como tenían previsto. En cualquier caso, la idea es completar el proceso lo antes posible.
