El debate sobre la imagen de la mujer en los monumentos falleros es un episodio más en el debate más amplio sobre el papel de la fallera en la que pasa por ser una de las fiestas más importantes de España. Desde diferentes formaciones políticas de izquierdas, entre ellas Podemos, se ha denunciado el irrelevante papel de las falleras mayores en los eventos festivos y han pedido avances en ese sentido. Las propias falleras mayores de años anteriores coincidieron en la Nau en dar mayor protagonismo a las que, de hecho, son las grandes protagonistas de la fiesta. E incluso desde la Concejalía de Fiestas se ha creado el premio «Caliu», que reconocerá el esfuerzo de las fallas en defensa de la igualdad entre hombres y mujeres, así como la inclusión.

Primeros frutos

Esa tendencia hacia la igualad ya ha empezado a tener sus primeros frutos. El más evidente es el papel que últimamente se ha dado a las falleras mayores, a las que se les hace hablar en gran cantidad de actos para superar el concepto de «figura decorativa», algo que se ha extendido también a las cortes de honor, que nunca antes habían tenido esa opción.

También en muchos actos las falleras mayores han asumido un papel protagonista, no sólo con una mayor participación, sino con una mayor representación institucional en detrimento de los políticos o los miembros de la Junta Central Fallera, aplicándoles más el concepto de «embajadoras» que de «bellezas».

Dos visiones distintas

La imagen de la mujer en los monumentos falleros es, pues, un paso más en ese sentido, aunque en este caso, que no en los anteriores, hay discrepancias al respecto, pues hay quien considera que esa supuesta «distorsión» de la imagen de la mujer forma parte de la caricatura y la sátira, aplicada también al género masculino.

La diferencia, se asegura desde la otra trinchera, es que entre los hombres se abusa menos de los atributos sexuales o de la exageración.