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Acompañamiento

El mal invisible de la soledad

Más de 13.000 personas en la ciudad de València padecen la falta de un acompañamiento afectivo en sus vidas

Manuel Galiano, de 86 años, acompañado de Salvador López, voluntario de la asociación Amics de la Gent Major. miguel Ángel montesinos

Levantarte de la cama cada mañana y ver que no hay nadie con el que poder ni siquiera intercambiar unas palabras o mostrar tu cariño. Esta es la situación que viven miles de personas en el territorio valenciano, aquellas que experimentan una auténtica epidemia que pese a no ser visible, cada día está más presente. Este mal sin rostro no es otro que la soledad, un sentimiento que se ha convertido en un problema cuyas consecuencias todavía son poco reconocidas.

Por ello, y ante la necesidad de comenzar a frenar este reto social, Reino Unido ha decidido tomar la iniciativa creando la primera Secretaría de Estado para la Soledad, un nuevo organismo que tendrá como responsable a la diputada conservadora Tracey Crouch. Esta idea resulta pionera entre las principales democracias europeas y sienta las bases para afrontar este problema en otros países.

En España este asunto también comienza a avanzar, especialmente en el colectivo donde más se percibe este sentimiento de soledad, es decir, entre las personas mayores. En esta línea, el secretario de Estado Servicios Sociales e Igualdad, Mario Garcés, afirmó la semana pasada la presentación en las próximas semanas de un proyecto para ayudar a los mayores que viven solos con el fin de romper «la barrera de la soledad».

Y es que la falta de contacto con otras personas es una realidad. En la Comunitat Valenciana la cifra de personas con 65 años o más que vive sola asciende hasta los 220.200 personas -equivalente al 26,54 % de este colectivo- según los datos de la última Encuesta Continua de Hogares publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que significa que uno de cada cuatro mayores valencianos reside sin ningún acompañante en su vivienda. Esta tasa es tres puntos superior a la media nacional (23,13 %), lo que refleja el gran impacto que la falta de compañía tiene en la sociedad.

Solo en la ciudad de València, las estadísticas de personas que residen sin ningún tipo de compañía son demoledoras. Casi 43.000 viven solas, la mayoría gente mayor, y de ellos, 13.000 padecen soledad no deseada. Estos datos reflejan que como en Reino Unido, las medidas para paliar este problema son cada vez más necesarias.

El primer paso es detectar este mal social, un acción fundamental que en la mayoría de casos no resulte una tarea fácil. Así lo destaca Antonio Miguel, presidente de la fundación Amics de la Gent Major, para el cual la soledad es un problema «que vive enquistado dentro de nuestra sociedad» y cuya visibilidad «es muchas veces difícil de detectar».

Por ello, el responsable destaca que ante este problema, si se conoce, se debe «ayudar antes que dejarlo pasar» y por eso su función consiste en «ofrecer esa amistad a todas esas personas que están solas para que se sientan queridos».

Agradecidos por la escucha

Para la fundación, el acompañamiento afectivo de los mayores resulta una parte vital para reducir este sentimiento de soledad, aunque más allá de eso, como resalta Miguel, lo más importante para estas personas es «que cuando va un voluntario tienen a alguien que les escucha. Esto es lo que más agradecen, el tener a alguien a quien contarle todo lo que quieran. Somos felices en la medida en que ellos lo son, tratándolos como a ti te gustaría que te trataran».

Asimismo, el presidente también recalca el papel que deben jugar en esta lucha las instituciones. «Ya se están realizando cosas pero siempre se puede hacer más para generar que estas personas se sientan útiles, como con empleos activos dentro de la sociedad», sugiere.

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