La municipalización de tres escuelas infantiles por parte del Ayuntamiento de València, que fue anunciada en 2017 y que entrará en vigor a partir del curso escolar 2018/19 está provocando una serie de opiniones y sentimientos encontrados por parte de las personas más directamente afectadas, a saber, las familias de los menores que acuden a ellas, así como sus trabajadores. En ambos casos muestran su buena predisposición a que se municipalicen, sobre todo por parte de las familias porque, a partir de que se ponga en marcha esta medida, pagarán menos. Pero no pasa lo mismo con el anuncio por parte de los técnicos de la Concejalía de Educación de que no se van a subrogar los contratos. Es decir, los actuales empleados se irán a la calle y se creará una bolsa de empleo para ofertas los puestos.
Las tres escuelas afectadas son las de Solc, situada en el barrio de Tres Forques; Quatre Carreres, en el barrio de Na Rovella; y Gent Menuda, en el barrio de Natzaret. Aunque la intención es seguir ampliando el número de escuelas municipalizadas.
La portavoz de los trabajadores, María José Molina, cuenta que desde el día siguiente de la reunión con los técnicos de la concejalía tanto ellos como los familiares de los menores empezaron a recoger firmas en los tres barrios afectados; Na Rovella, Natzaret y Tres Forques: «La mayoría de nosotros llevamos ya muchos años trabajando en estas escuelas. Los niños y niñas y, sobre todo, sus familias, nos conocen y nos aprecian y creemos que es injusto que nos tengamos que ir», asevera.
Ella explica que en todo este tiempo se ha creado «un entorno de confianza» que se puede romper con esta medida que considera también «unilateral», e incluso cree que «legalmente no está demasiado clara», refiriéndose a la nueva Ley de Contratos del Sector Público, del pasado 9 de marzo, donde se trata la cuestión de este tipo de subrogaciones.
Los familiares, sorprendidos
Mientras tanto, la portavoz de los familiares, Chelo Ortí, se muestra sorprendida de que un partido como Valencia en Comú, que «se caracteriza por su carácter participativo» haya actuado en este caso «sin consultar a nadie al respecto» y «sin tener en cuenta las consecuencias». Ella, madre de un niño de tres años que estudia en la escuela Solc (Tres Forques), explica que les parece «muy bien» la remunicipalización: «Estamos de acuerdo con la medida por varias cuestiones, entre las que está, que pagaremos menos».
Pero argumenta que no entiende «por qué no se puede quedar el personal actual». Así como que ni siquiera se haya dado alguna alternativa: «No se les ha ofrecido la opción de tener más puntos en la bolsa por haber trabajado ahí o algo similar», lamenta.
La portavoz asegura que se sienten «muy bien» con el equipo que cuida actualmente a sus hijos y prefieren no cambiar. E incluso ha iniciado una campaña en change.org que lleva casi 1.300 firmas. Ortí lamenta que nadie en el ayuntamiento ha atendido todavía sus quejas y anuncia que tras las fiestas de Pascua llevarán al ayuntamiento las firmas recabadas en sus barrios.
Por su parte, María José Molina pide que con todo esto «no se cree un problema donde no lo hay», reclama que «se cuide a las familias y se escuche a la gente. Y vuelve a decir, con rotundidad: «sí a la municipalización y sí a la subrogación».
