Desde la fiesta de Año Nuevo en la Plaza del Ayuntamiento a la jornada de hoy han transcurrido cien días en una ciudad que ha celebrado fiestas como si no hubiera un mañana. El día 101 será el grande de San Vicente Ferrer y aún quedará un resopón con los altares que rebañarán la fiesta el próximo fin de semana. El fraile dominico marca, pues, el final de una carrera que, tras las campanadas, continuó con Sant Antoni, San Vicente Mártir, Carnaval, Fallas y Semana Santa como elementos principales.

La jornada de hoy mostrará una de las imágenes más curiosas: la expresión de asombro de aquellos visitantes (el oriundo está educado desde hace siglos a que no le caiga de raro) que se encontrarán, en las zonas más visitadas de la ciudad (la Ciutat Vella), con elevadas estructuras apoyadas sobre fachadas en las que unos niños interpretan, en idioma desconocido, unas obras de teatro. Son los «miracles» que, con cadencia horaria, se pondrán en escena en las plazas. En el Pilar, Virgen, Barón de Cortes, Tetuán... o en el Tossal. Allí actuarán los ganadores del concurso. Dicho de otra forma, los que ofrecen el espectáculo teatral más completo. Y les viene de largo: desde hace más de una década son los claros dominadores. Actuar, y hacerlo bien, ha entrado en el ADN de los niños que actúan, aunque cuya caducidad está marcada por el momento en el que cumplen 14 años «aunque después se quedan en juveniles y ayudan» decía ayer el presidente del altar, Javier Doménech.

«El Pols», de Ampar Cabrera es la obra que, desde esta tarde, pondrán en escena «con todos los medios posibles para que se pueda escuchar y entender. Todos los que hablan sin excepción llevan micrófonos incorporados». Porque el sonido ambiental en la ciudad no es el de hace siglos y porque, atraídos por la indudable fama, son cientos los espectadores que se sientan en el improvisado corral de comedias en que se convierte la plaza, habitual espacio de ocio nocturno.

Ahora queda la duda del futuro porque Juanfran Barberá ha anunciado que este año se deja ya la dirección del grupo. Que si la incompatibilidad con su vida profesional lo hace cada vez más difícil. En el altar confían que reconsidere la cuestión, pensando en el centenario jubilar de 2019 para seguir agrandando su particular leyenda. Mientras, los miembros de esta asociación, de más de 400 miembros, se preparan para ver cómo los más pequeños desgranan nuevamente el enfrentamiento entre el «Pare Vicent» y Lucifer para librar a la joven Dora de su encantamiento (excelente papel agraciado con el primer premio de actriz para María Hurtado). Es el espectacular resultado de varios meses de ensayos, esquivando las tentaciones falleras y de vacaciones.