¿Ustedes trabajan con el transporte público para reducir el transporte privado?
No queremos reducir el uso del transporte privado, sino la intensidad de uso del vehículo privado, porque a veces su uso es pertinente y en otros casos no. Hay que ofrecer la alternativa del transporte público para que tenga su espacio y sea competitivo frente al transporte privado. Y en ese espacio que el usuario decida cuál es la mejor opción.
La Generalitat inyectó 14 millones de euros para poner en marcha la ATMV. ¿Podría explicar a qué se destina esa importante cantidad de dinero?
Los catorce millones es el presupuesto de 2018 de gasto de funcionamiento de la ATMV. De ellos hay 12 millones de ingresos de la compra-venta de títulos y bonos de integración tarifaria, que ahora lo asume la ATMV. El resto del presupuesto es para compensar a los operadores y para los gastos de funcionamiento.
¿Cuántas personas necesita la ATMV para funcionar?
Se van a incorporar ahora siete personas nuevas, a parte del personal que pueda venir de la antigua Agencia Valenciana de la Movilidad. Tendremos un crecimiento gradual, pero lo ideal sería tener una plantilla en torno a las 20-30 personas.
Con lo que ha costado de montar la ATMV, ¿tiene miedo a que en 2019 se produzca un giro político y se vuelva a paralizar?
Creo que la ATMV es ya irrenunciable. En Madrid funciona desde hace 30 años y en Barcelona desde hace 20 años. Imagínate la cantidad de aspectos que tenemos para mejorar considerando ese tiempo transcurrido. La realidad metropolitana justifica su existencia y hay un consenso institucional de que es necesaria. Prescindir de ella sería tener una gestión deficiente del transporte metropolitano.
