El bienestar es un concepto que en la actualidad admite muchas variables. Desde el cuidado del cuerpo al de la mente; tratamientos curativos, relajantes y de belleza, spas, masajes de todo tipo y una forma de comer más sana. En definitiva, se trata de ser conscientes de que se necesita estar en armonía para sentirse mejor, a través del ejercicio, de terapias con origen ancestral y de aparatos de última generación. Estas son algunas claves para disfrutarlo al máximo

Sentirse bien por dentro y por fuera, eso que se conoce como wellness, a veces tan banalizado, es un apetecible postre que admite múltiples recetas. No es un capricho sólo apto para economías desahogadas, ni una momentánea vía de escape para estresados, ni una carta de tratamientos exóticos para amantes de lo alternativo. Las pinceladas no ocultan el trazo maestro de los beneficios de optar por un estilo de vida saludable y equilibrado, que respete las necesidades del cuerpo sin entrar en contradicción con la cuota de serenidad que reclama la mente.

La oferta y los métodos para reeducar hábitos y conquistar una actitud positiva frente a la vida y sus contratiempos es amplísima. En este campo, hace tiempo que se combinan las terapias ancestrales de Oriente con los últimos avances médicos de Occidente y las necesidades físicas, estéticas y emocionales del mundo actual. Masajes, relax, yoga, ayurveda, spas, actividad física, cosmética sensorial... todo está pensado en clave de placer para plantear que hay muchas maneras de vivir.

La pista macrobiótica

La actriz Elsa Pataky es una firme defensora de "la macrobiótica y su filosofía, que he incorporado a mi vida normal y a mis hábitos culinarios. Como carne sólo una vez al mes, y en mi mesa hay paellas, legumbres... ¡lo que comían nuestros abuelos! En el fondo es volver a lo básico, a lo natural", explica.

Alejandro Bataller, director de marketing de la clínica Wellness Sha destaca esta vertiente práctica del método macrobiótico, que la actriz aprendió en el establecimiento, y su enfoque "flexible, multidisciplinar y moderno" de lo que es el bienestar. "Entendemos la salud no como ausencia de enfermedad, sino como un estado idóneo de equilibrio, vitalidad y agilidad mental", afirma. "Nos dedicamos a mejorar la vida de las personas a través de la reeducación de hábitos y, de paso, rompemos tópicos como la idea de que comer sano es aburrido e insípido, o que cuidarse es sinónimo de sacrificio", declara. El chef Pablo Montoro, ex de El Bulli, se ocupa de su cocina.

Bataller opina que detrás de la idea de que llevar una vida saludable es difícil hay demasiadas autoexcusas: "Siempre hay tiempo para hacer ejercicio", señala. "A un directivo que aseguraba no tener ni un segundo libre le enseñamos a hacer yoga facial en un avión". Lo mismo sirve para el comer. "Hay que conocer las reglas del juego, contrarrestar los excesos sin fanatismo y elegir bien en el restaurante. Un pescado a la plancha, una pasta al pesto, un acompañamiento de arroz, olvidarse del café... El cuerpo se acostumbra a lo que le das".

En el Sha, que fusiona la medicina oriental y la occidental, hay dietas terapéuticas y tratamientos antiedad, pero también se tratan adicciones, alteraciones de sueño o problemas de diabetes e hipertensión. Todo en clave de salud, bienestar y lujo, lo que explica el alto número de jefes de Estado, familias reales y famosos que lo tienen en su agenda. Hay clases de cocina, de yoga, de reeducación postural, charlas y conferencias. Recomiendan una estancia mínima de una semana, pero algunos de sus tratamientos están pensados para 15 días, cuando el ritmo biológico del organismo entra en una profunda fase de reajuste y empiezan a notarse los resultados.

En la clínica de La Prairie, en Montreux (Suiza), se aproximan al wellness desde una perspectiva médica. Técnicas de relajación, rejuvenecimiento, fitness, control de peso, yoga, etcétera, se realizan bajo supervisión.Los tratamientos se diseñan siempre individualmente, y puede haber treinta variedades de menú diferentes aunque sea para sólo treinta pacientes. "Es importante disfrutar comiendo aunque se esté a régimen", comenta Laurence Grossjean, responsable de dietistas de la clínica. "Enseñamos a comer de forma sana, estableciendo objetivos realistas y manteniendo a raya la ansiedad". En la mesa está permitido el vaso de vino y un pellizco de pan, pero se aligeran salsas y tortillas usando sólo la clara del huevo, y las especias son el condimento estrella.