Se enfrenta a 19 años de cárcel por intentar asesinar a su exmujer en Massamagrell

La víctima sobrevivió gracias a que su pareja y un vecino golpearon con todo lo que tenían a mano a su maltratador para que dejara de acuchillarla

El acusado tras ser detenido por agentes del GRS de la Guardia Civil en Massamagrell.

El acusado tras ser detenido por agentes del GRS de la Guardia Civil en Massamagrell. / Levante-EMV

A horcajadas sobre su víctima José Manuel A. T. seguía asestándole, con un cuchillo tipo machete, puñaladas a su exmujer, a la que llevaba acosando desde hacía un año, sin desistir de su brutal acción ni tan siquiera cuando un vecino, que salió en defensa de la agredida, le golpeaba con el palo de una escoba y un paraguas para que dejara de acuchillarla. Hasta trece cuchilladas le asestó en tórax, abdomen y brazos, antes de que el compañero sentimental de la víctima lo dejara aturdido tras golpearle en la cabeza con una llave de cruz que sacó del maletero.  

Tan pronto como recuperó un poco el conocimiento trató de nuevo de ir a por ella, y de no ser por la llegada e intervención de los agentes de la Policía Local de Massamagrell y una patrulla del GRS de la Guardia Civil, seguramente habría logrado su propósito, acabar con la vida de la mujer con la que había estado casado seis años porque no aceptaba la ruptura. Los guardias de la agrupación rural de seguridad evacuaron de urgencia a la víctima, al no haber ni un segundo que perder esperando a la ambulancia.

Ahora este abogado de profesión, en prisión provisional por estos hechos ocurridos en marzo de 2021 en Massamagrell, se enfrenta a una petición de pena de casi 19 años de cárcel por los delitos de asesinato en grado de tentativa, acoso y amenazas, según el escrito de conclusiones provisionales del Ministerio Fiscal. Además la Fiscalía le pide nueve años de libertad vigilada y un alejamiento de 500 metros y prohibición de comunicación con su víctima por un plazo de 30 años. El juicio comenzará el próximo 13 de mayo en la Audiencia Provincial de València.

La acusación particular solicita penas que ascienden a los 22 años y medio de prisión al contemplar también un delito contra la integridad moral y varias circunstancias agravantes. Entre ellas que «actuó en todo momento como expresión de su idea de dominación sobre la que fuera su exmujer», porque no podía soportar que ella hubiera rehecho su vida sentimental.

Pese a que desde septiembre de 2019 estaban legalmente divorciados, el acusado seguía buscando excusas para quedar con ella, proponiéndole planes de pareja o familiares, o tratando de concertar citas para tratar «temas que no podían demorarse». Este acoso se extendía a los hijos de ella, de una relación anterior, a quienes enviaba cartas, correos electrónicos y mensajes en los que responsabilizaba de la ruptura a su madre. Y a amigos y familiares.

También se presentaba en los lugares que frecuentaba su ex, era visto en los alrededores de su domicilio de Massamagrell (pese a que él vivía en Turís) o las zonas donde aparcaba su vehículo en València por cuestiones laborales. De hecho, la mujer sufrió varios sabotajes en el coche, con neumáticos rajados o con pinchazos en distintas fechas.

Este acoso extremo y hostigamiento al que la sometía llevó a una situación de continuo desasosiego y profundo temor en la víctima, quien ya no podía salir sola de casa, siempre en estado vigilante y asustada, porque según había reconocido, «pensaba que cualquier día la mataría».

Prismáticos y una katana

En la mañana del 8 de marzo de 2021, el acusado agazapado en su vehículo, donde portaba prismáticos, una katana y el cuchillo tipo machete que utilizó en el intento de asesinato, aguardó en una calle de Massamagrell a que su expareja saliera de casa con el claro propósito de acabar con su vida, según sostienen las acusaciones. Apenas habían dado las ocho cuando la mujer bajó a la calle para irse al trabajo, y al verlo en las inmediaciones de su domicilio, telefoneó a su compañero y pareja sentimental, que ya iba de camino a recogerla.

Cuando la mujer se acercó al coche para recriminarle este continuo acoso, el procesado salió de forma súbita armado con un cuchillo y se abalanzó sobre ella. Tras tirarla al suelo, se puso a horcajadas y le asestó la brutalidad de cuchilladas antes descritas. Gracias a la actuación de un vecino y la llegada de su compañero, la rápida intervención de los agentes desplazados al lugar y los profesionales médicos, hoy esta víctima está viva y podrá declarar en el juicio contra su maltratador y asesino frustrado.