Xàbia vive estos días un auténtico infierno. De momento, han ardido más de 800 hectáreas y hasta el miércoles, según los bomberos, no se dará por extinguido el incendio debido a la virulencia del mismo, que ha obligado a desalojar de sus viviendas a miles de personas. Parajes enteros protegidos han sido pastos de las llamas como la famosa cala de la Granadella, una de las maravillas naturales de la Marina. Terrible. Una imagen dantesca, que ojalá no volvamos a ver.

Según las primeras investigaciones, todo indica a que el fuego fue intencionado, al detectarse varios focos.

No sé si atribuirlo a la casualidad o a la locura de un pirómano, pero los numerosos incendios que han tenido lugar este verano en la Comunidad Valenciana y en el resto de España, y que ya se han llevado por delante miles de hectáreas, coinciden con la entrada en vigor de la nueva Ley de Montes, aprobada por el PP,UPYD y UPN, que permite construir en suelo calcinado, sin que tengan que pasar 30 años, que era el tiempo que establecía la anterior ley de 2003. La Ley deja en manos de las CCAA, que tienen transferidas las competencias en esta materia, la potestad de cambiar el uso forestal del suelo en función del interés público. Y qué se entiende por interés público?

Un campo de golf, lógicamente, no es de interés público, pero sí lo es un colegio o un hospital. ¿También pueden considerarse de interés público las viviendas y las zonas residenciales?.

En lo que llevamos de año han ardido más de 35.000 hectáreas. Los hay quienes quieren ver la botella medio llena, en lugar de medio vacía y se contentan con decir que es el año con menos incendios y menos hectáreas calcinadas. Sea como fuere, me parece patético frivolizar con las cifras.

Todos los grupos políticos deberían reconsiderar la Ley y modificarla para evitar que algunos desalmados saquen provecho de los incendios y acaben con una parte sustancial de nuestro ecosistema.

Esta ley que entró en vigor en 2015 fue criticada duramente por los grupos ecologistas por entender que favorecía la especulación urbanística. Los hechos son los que son. Y Xàbia es una ciudad costera, hermosa, turística, muy apetecible para los especuladores.