"Quiero un cortado con leche caliente -pero que no achicharre- de cabra, con un poco de canela, pero no mucha, servido en taza con asa". Los camareros y camareras se enfundan a diario en sus delantales y atienden con una buena dosis de paciencia... y de buen humor. El alcireño Jesús Soriano ha sabido ver el lado más cómico de esta profesión y lo comparte desde hace un año en su página de Facebook "Soy camarero" que siguen ya cerca de 80.000 personas.

"No esperaba para nada triunfar en redes sociales cuando abrí la página", exclama Jesús al otro lado del teléfono. Tal ha sido el éxito que Jesús, que empezó a servir mesas hace 14 años y que ahora tiene 30, realiza un 'Facebook Live' con sus seguidores una vez al mes. "¡Es que hay muchísima interacción!", cuenta notablemente contento por el logro.

Al día publica unas cuatro o cinco actualizaciones y todas están planteadas en clave de humor. ¿Qué piensa el camarero que acaba de fregar el suelo y entran los últimos clientes? ¿Qué le entra por el cuerpo a la camarera que saca una cuenta de una mesa de 25 personas y luego deciden pagar cada uno lo suyo? ¿Y qué hay de aquellos que llaman a los profesionales del sector con un sonoro "chsss"?

La experiencia y el propio día a día son la inspiración de este valenciano que ha conectado con insólita rapidez con colegas de todo el mundo. ¿La clave? Jesús lo tiene claro: la empatía. "La gente se siente identificada y por eso funciona tan bien la página". Tanto es así que hasta el ronda por la cabeza abrir una app gratuita para buscar empleo como camarero.

Marchando los requisitos del buen camarero

Lleva la mitad de su vida detrás de una barra de bar y está convencido de que lo peor de su profesión es "la mala educación de algunas personas". Pero, al mismo tiempo, lo mejor también está conectado con los clientes: "las conversaciones que tienes".

Y ¡Ojo! porque Jesús Soriano tumba el mito: "el cliente no siempre lleva razón." Pero, eso sí, se le consiente y siempre con una sonrisa.