“Valencians i valencianes, ja estem en Falles!” Con esta frase empieza la fiesta más conocida de València. Y con esta frase empezaremos a escuchar canciones homófobas, misóginas, racistas, etc. Y a ver monumentos hipersexualizados y, como están en la calle, están al alcance de todos los públicos.

Hace unas semanas leí una noticia que decía que en el Ayuntamiento de València se había formado la Comisión de Igualdad de Género en las Fallas, donde se iban a proponer letras alternativas a las denigrantes que se siguen cantando hoy en día, y a los 'ninots' que cosifican a las mujeres.

Además, se iban a reunir con representantes de la Concejalía de Cultura Festiva, Junta Central Fallera, Associació d'Estudis Fallers (ADEF) y del Gremi d’ Artistes Fallers, con el fin de poder disfrutar de unas Fallas para todas y todos.

Pero cuál fue la sorpresa de la gente de Valencia al ver que nada de lo que allí se hablara iba a ser vinculante, ya que no se quería "censurar ni intervenir en el proceso creativo", según Isabel Lozano, concejala de Igualdad y Políticas Inclusivas (Levante 27-01-18).

Si mayoritariamente consideramos que hacer apología del terrorismo yihadista (por ejemplo) no está bien, entonces ¿por qué está bien plantar un ninot sexualizado? ¿Por qué está bien cantar canciones con letras como “la puta madre que parió al moro” o “¡So guarra!”?

Parece que no ha calado lo que es de verdad la violencia machista: es terrorismo machista, es terrorismo contra las mujeres, y este tipo de terrorismo causa muchas más muertes que cualquier otro. LA OMS destacó ya en 2013 que la violencia contra las mujeres es “un problema de salud global de proporciones epidémicas”. Esta violencia se ceba principalmente con mujeres, pero también también con las niñas y con los niños.

Es un error pensar que una persona machista, por sus valores y creencias, porque actúe con golpes, o porque sea un asesino, ha nacido así. No, no nacemos machistas; una persona machista, racista y/u homófoba se forma desde que nace y principalmente percibiendo la discriminación como algo natural, como todas las personas que cantan letras machistas o que creen que restringir que se plante un ninot de una mujer con las tetas más grandes que su cabeza es “censurar el proceso creativo”.

Basta ya de pedir, sugerir o aconsejar. La intención de la comisión no es mala, pero con intenciones no se cambia el mundo. La Junta Central Fallera va a hacer lo mismo de siempre, los artistas falleros van a seguir “expresándose” como siempre, y las verbenas, bandas y charangas van a seguir cantando lo que quieran. Y, sobre todo, ¡basta ya de invertir el dinero para la igualdad en pedir cosas no vinculantes! Hay que tomar medidas vinculantes y el Ayuntamiento de València lo sabe, el señor alcalde Joan Ribó lo sabe y la concejala de Igualdad Isabel Lozano lo sabe. Otra cosa es que quieran tomarlas.

El 20 de enero se publicó en la prensa que el presidente de la Junta Central Fallera y concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, daba marcha atrás con la idea de plantear canciones no machistas, y el 23 de enero salió otra nota de prensa que decía que se aplaza para las Fallas 2019 incentivar la igualdad en las fallas porque los artistas falleros ya tenían acabadas sus obras; pues a ver si coordinan agendas porque, casualmente, 2019 es año de elecciones municipales.

Dejamos a las bandas y a sus componentes la decisión de las letras de sus canciones y la imagen que, de València, dan con ellas.

Visquen les Falles i tota la gent que treballa, des de la música i desde l’art, per la igualtat!