Hace más de un mes, la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat anunciaba medidas para introducir la educación en igualdad en los centros educativos mediante un nuevo perfil encargado de la coeducación. La medida, aunque positiva, es insuficiente para luchar contra las múltiples manifestaciones de la violencia de género y para conseguir una igualdad real y efectiva.

La violencia de género es un problema estructural que se nutre de la desigualdad social que se manifiesta continuamente a través de los medios de comunicación, lenguaje, familia, amistades, escuela, deporte, cine y en todos los ámbitos de la vida. Si los mensajes machistas ocupan las 24 horas del día, no parece viable que una profesora o profesor pueda contrarrestar todas estas influencias con tan sólo 3 horas de intervención semanal.

Durante ese escaso tiempo, este personal docente tendrá que: formarse en igualdad, dinamizar al profesorado, alumnado, familias y entorno educativo, organizar talleres, charlas o campañas de sensibilización, etcétera. En definitiva, una planificación compleja que requiere de una formación y capacitación especializada y de una dedicación a tiempo completo.

Esta formación específica deberá ser extensa y no un pequeño curso simbólico que aportaría apenas unas ligeras nociones sobre el tema dejando esa responsabilidad tan importante a la buena voluntad del profesorado. Porque contamos con dos figuras profesionales en la actualidad: agentes de igualdad y técnicos en promoción de igualdad de género, con más de 2000 horas de formación especializada. Ambas figuras son fundamentales y pueden dar esa respuesta eficaz de coeducación, trabajando en coordinación con los recursos docentes del conjunto de la comunidad educativa. Ana María Díaz Furió y 8 firmas más. (Alumnado del Ciclo de Igualdad del IES Jordi de Sant Jordi). València.