Hemos asistido a otro capítulo del intento de blanqueo histórico del quién es quién y qué es lo que hizo la banda terrorista ETA. A ETA solo se le puede definir como una banda de asesinos, por muchas coartadas ideológicas o sociales que quieran argüir. Y me sorprende que entidades y partidos políticos que están pidiendo que no se cierren las heridas de nuestra guerra civil, los que apelan a la tan invocada memoria histórica, esa que se redactó para que los familiares de las víctimas puedan recuperar sus restos y saber la realidad de lo ocurrido y no para que los partidos políticos de izquierdas acusen de fascismo o franquismo a los partidos de derechas, pidan «gestos» al gobierno.

Son esos mismos los que están cambiando los nombres de las calles, Podemos por ejemplo, los que piden «actos de generosidad» con los asesinos convictos de crímenes. Para los que cometieron sus crímenes hace tan poco tiempo. Generosidad, claro que sí. Para aquellos que se arrepientan sinceramente de lo que hicieron y que colaboren con la justicia para identificar a los causantes de los 356 asesinatos con autor desconocido. Porque sus familiares también tuvieron que recoger a sus seres queridos de las cunetas, de las aceras, bajo los escombros de un cuartel, o entre los restos de un coche o un autobús explosionados. José Luis Martínez Ángel . València.