Soy una vecina de Ciutat Vella. Desde hace doce años vengo sufriendo ruidos, gritos, botellón y fiestas de todo tipo por parte de los diversos inquilinos de un edificio de apartamentos turísticos que están justo al lado de mi vivienda, hechos que como se puede imaginar, afectan gravemente a mi calidad de vida. Dichos apartamentos carecen de licencia de actividades. En el servicio de licencias urbanísticas del ayuntamiento tampoco saben nada, algo raro, siendo que en este edificio instalaron doce motores de aire acondicionado en un patio de luces, pasando absolutamente de la legalidad. Ejercen su actividad ilegal impunemente, en este y otros doce bloques de apartamentos distribuidos por las mejores zonas de la ciudad. Se han interpuesto multitud de denuncias a policía local, pero el ayuntamiento de València tampoco sabe nada. Para más inri, se sigue nombrando y presumiendo de la encuesta que una vez se realizó entre los vecinos de Ciutat Vella, relacionada con las molestias generadas por el turismo y en el que el resultado fue que un 70 por cien parecía estar a favor. No sé a quién entrevistaron, pero puedo asegurar que no a mí, ni a gente afectada por estos apartamentos de alquiler. Ni tan siquiera sabemos a qué vecinos encuestaron.

Me gustaría decirles a las personas que defienden este tipo de negocios que la realidad es que no aportan nada a la ciudad, puesto que no contribuyen con tributos y únicamente se les requiere que estén dados de alta en un registro de la Conselleria, al contrario que el resto de actividad hostelera que pagan sus impuestos. Lo único que aportan son molestias al vecindario y al resto de ciudadanos/as, que somos quienes, con nuestros tributos contribuimos a rehabilitar todo lo que destrozan sus inquilinos cuando salen de juerga, por no hablar de la basura y los desechos humanos que vierten en nuestras calles y que limpian los servicios municipales a diario, también con nuestros impuestos. Isabel Sancho. València.