J.R., Castelló

Dicha circunstancia no es habitual, y tan sólo en contadas ocasiones, coincidiendo con temporales, se ha cortado el camino de acceso a Santa Quitèria y el agua ha fluido hasta el mar.

Desde la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) explicaron que las intensas lluvias de mayo y junio ha supuesto un notable incremento de las reservas, que garantizan el suministro para los dos próximos años. Los dos pantanos de referencia, el de Arenós y Sitjar, se encuentran en unos niveles que obligan a practicar desembalses para poder acoger el agua que todavía les llega. El primero dispone de 75 hectómetros cúbicos y el segundo 45. En el día de ayer, ambos seguían liberando al lecho del río más de 10 metros cúbicos por segundo, lo que supone casi un hectómetro cúbico diario. Los desembalses han permitido que el Millars disponga de un caudal ecológico y que presente un aspecto excelente, como se puede apreciar en su tramo final.

En cuanto al resto de pantanos, el de María Cristina guardaba ayer 6,5 hectómetros cúbicos y el de l´Alcora 1,5. En el sistema del Sénia, el embalse de Ulldecona registraba 10 hectómetros, superando el 90% de su capacidad.

Sólo se regará con agua del río

El presidente de los regantes del Millars, José Pascual, admitió que este verano sólo se va a regar con agua fluvial y no hará falta recurrir a los recursos subterráneos, lo que permitirá que los acuíferos descansen y se recarguen. Pascual admitió que las necesidades de riego están cubiertas para las próximas campañas.

El ex concejal del PP admitió que la situación actual del Millars, que tira agua al mar, es la misma que la del Ebro, aunque mantiene la necesidad de ejecutar las obras del trasvase. Afirmó que lo primordial es «realizar obras en Aragón porque se prevé que unos meses baje el caudal y los regantes de esta comunidad podrían quedarse sin agua». A continuación, «hay que garantizar la preservación del Delta del Ebro» para evitar su regresión. Por último, contemplar un trasvase a la Comunitat Valenciana, Murcia y Almería. «El Ebro es el río más caudaloso de España pero el menos regulado. Tiene mucha agua que hay que saber aprovechar», afirmó

Pascual insistió en la necesidad de sacar del debate político «visceral» el tema hídrico y abordarlo desde la racionalidad técnica. También destacó el esfuerzo realizado por los agricultores castellonenses, «que han reducido a la mitad el consumo de agua en los últimos años gracias a la aplicación del riego por goteo».

Una asignatura todavía pendiente es el aprovechamiento de las aguas depuradas, pese a que el porcentaje de reutilización sea superior al de otros territorios. Como ya ha explicado este diario, la provincia depura cerca de 62 hectómetros cúbicos de agua al año, de los que sólo se aprovechan 12. La falta de infraestructuras impide almacenar o canalizar los 50 hectómetros restantes, que van a parar a los cauces de los ríos o al mar a través de emisarios. Es llamativo el retraso de la Generalitat en ejecutar la canalización que permitirá aprovechar el agua de la depuradora de Castelló.