Joan Mestre, Castelló

Las cofradías de la provincia ya han trasladado esta iniciativa a la Generalitat y al Gobierno central y ahora esperan que la administración se comprometa a pagar las ayudas económicas a los pescadores durante este tercer mes de paro(subvenciones al armador y subsidio de desempleo al marinero). La Comisión Europea, de donde provienen buena parte de estos fondos económicos, ya aprobó una nueva normativa en julio en la que permite aumentar el paro hasta los 90 días. «Haremos un mes más siempre que nos aseguren las ayudas. La conselleria nos ha dicho que nos pagará el tercer mes, pero no está claro el cobro del desempleo», señalaron fuentes de la Federación Provincial de Cofradías.

En el caso de que se aplicara esta ampliación, la parada se iniciaría el 1 de diciembre y finalizaría el 1 de marzo. El año pasado acabó el 31 de enero. Representantes de las cinco cofradías de la provincia mantienen hoy una reunión en la sede de la federación de la capital de la Plana para tratar esta posible modificación del periodo de paradas en el cerco.

El interés de los armadores es dejar de faenar 90 días, siempre que sigan las subvenciones. La crisis económica y el incremento del precio del carburante ha dejado al sector en una situación bastante delicada. En este contexto adverso los planes de los pescadores de Castelló pasan por fomentar el comercio de un producto fresco y de primera calidad. Con un mes más de descanso biológico prevén conseguir unas capturas de mejor calidad, hacer subir el precio en la primera venta, y revertir, por tanto, la complicada realidad de la actividad pesquera.

El cerco(sardina y boquerón) representa el 70% de la mercancía que se comercializa en la lonja del Grau. En el primer semestre las capturas de cerco se redujeron un 34% respecto al mismo periodo de 2007.

Durante mayo y julio no llegó además ningún cargamento de cerco al puerto de la capital de la Plana por falta de bancos de pescado. El sector dejó de ingresar en este tiempo más de dos millones de euros. Las empresas mayoristas se vieron obligadas a despedir de forma provisional a treinta de sus empleados.