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Los servicios de la lucha antiterrorista trabajan desde hace dos años con la hipótesis de que ETA puede disponer de cierta infraestructura en la Comunitat Valenciana y no descartan que expertos en explosivos estén en condiciones de dar apoyo técnico a los comandos itinerantes. Estos especialistas facilitarían a los etarras las instrucciones básicas sobre cómo colocar coches-bomba o bombas-lapa.

Esta hipótesis ha cobrado más fuerza desde el año 2007, cuando el etarra Ander Múgica huyó de un taxi a la altura de Torreblanca dejándose olvidada una fiambrera con material explosivo. Múgica fue sorprendido en un control policial y cuando los agentes analizaron el contenido de la fiambrera detectaron cierta cantidad de Goma 2, un material explosivo que ETA utilizó en el pasado y que hoy se considera anticuado.

Tras la huida de Múgica, la Comandancia de la Guardia Civil de Castelló distribuyó una nota interna en la que pidió a los agentes de la provincia que extremaran las medidas de autoprotección «después del hallazgo en el taxi de dispositivos antimovimiento utilizados para la fabricación de bombas». En la mochila que Múgica abandonó en el taxi había una fiambrera de color blanco con seis detonadores y dos temporizadores del tipo lapa, preparados con ampolla de mercurio. Además, se localizó una bolsa con cordón detonante y otra bolsa de plástico con un polvo blanco que podría ser pentrita.

Los expertos de la lucha antiterrorista consideran que Múgica trataba de llevar el material a un lugar desconocido para que sirviera de bomba lapa o que bien estaba siguiendo un curso de adiestramiento intensivo a cargo de otras personas instaladas en la Comunitat Valenciana.

Por otra parte, la policía de Castelló ya ha distribuido en lugares públicos las fotografías de los seis etarras más buscados tras los atentados de Burgos y Mallorca. De momento no hay datos que confirmen que los activistas que aparecen en las fotos hayan sido los autores de los atentados, pero la policía apela a la colaboración ciudadana para detenerlos.