Dentro de la oferta turística que ofrece el municipio de Benicàssim, la Ruta de las Villas es uno de los recorridos más solicitados por el turista tanto nacional como extranjero para conocer un poco más sobre la localidad a través de sus edificios más emblemáticos.

Han pasado ya muchos años desde que se instalaran los primeros paneles informativos de las 28 villas que componen toda la ruta y el deterioro es patente. Incluso las pintadas habían inutilizado algunos carteles, de ahí que el ayuntamiento benicense haya optado por instalar unos nuevos paneles informativos.

Un total de once mesas interpretativas serán las encargadas de explicar al turista y a cualquier curioso las villas que tienen enfrente suyo en cuatro idiomas: castellano, valenciano, inglés y francés y un quinto idioma, el sistema Braille, el cual estará entre la ilustración que aparece en medio de cada uno de los paneles, consiguiendo con ello que la ruta «pueda ser accesible para todos», tal y como señaló la concejala de Turismo, Diana Bernal, quien ha querido resaltar que el turismo de la localidad tiene que estar «al alcance de todos y tiene que tender siempre a mejorar».

Asimismo, el visitante podrá saber en todo momento qué villas está visitando y en qué parte del recorrido se encuentra gracias al mapa ilustrativo que aparece en la parte superior del panel y en el cual se señala todo el recorrido, comenzando desde el extremo sur por la Torre San Vicente, hasta llegar al Hotel Voramar.

En la ruta se puede disfrutar de la contemplación de veintiocho edificios que datan de finales del siglo XIX y principios del XX con una arquitectura insólita unos, enormes y lujosos jardines al lado de la playa otros. Todos son hoy hoy edificios catalogados en el Plan Especial de Conservación y Preservación de las Villas de Benicàssim, y cuatro de ellas están dentro del nivel de protección integral (P1), las cuales, tal y como está establecido, deberán ser conservadas íntegras por su carácter singular o monumental y por razones históricas o artísticas.

La majestuosa Villa Victoria, que fue utilizada como biblioteca del hospital durante la Guerra Civil, la Villa Dávalos –conocida como lugar de reuniones– y que hoy alberga en su terraza un restaurante o la Villa Solimar que cuenta con esculturas que imitan motivos clásicos, son algunas de las villas que los visitantes se encontrarán a lo largo de todo el Paseo Marítimo y podrán descubrir datos muy curiosos gracias a las mesas interpretativas.