«Soy Isabel, Isabel Pantoja». La artista dejó bien claro quién se subía anoche al escenario. A pesar de encontrarse en el punto de mira por el caso Malaya, los fans de la tonadillera no defraudaron y volvieron a arroparla en su segunda actuación tras la apertura de juicio oral por un presunto blanqueo de dinero.

«La vimos en Huelva y volvemos porque es una gran artista», señalaba un grupo de seguidores desplazados desde Valencia. Otro de Almassora añadía a las puertas de la carpa instalada por el consistorio: «Sabemos que lo ha hecho está mal, pero como artista no hay otra, vamos a seguir apoyándola». Todos los comentarios eran positivos. El despliegue policial reparado no tuvo que intervenir.

A pesar de la expectación, en las horas previas al concierto sólo se acercaron curiosos con ganas de ver llegar a la tonadillera. Fue imposible a pesar de que, según la organización, llevaba dentro desde las siete de la tarde. Sí se dejó ver su representante María Navarro.

Aunque las entradas anticipadas se habían agotado en media hora, a las 21,30 todavía se vendían localidades en taquilla. «Yo había visto en la tele que estaban agotadas y me he pasado por curiosidad y he conseguido una», decía una fan. Con mayoría de peronas mayores (el día estaba dedicado a ellos dentro de las fiestas en honor a la patrona) el aforo (unos 1.300 asientos) no se llenó.

Isabel Pantoja salió al escenario a las once en punto con una bata de cola y se arrancó con Isabel, Isabel... a lo que el público coreó Pantoja, Pantoja. La sevillana había vetado la entrada a la prensa. Finalmente, y gracias al alcalde, Rafael Albert, Levante-EMV, estuvo dentro.