La sociedad castellonense está aún muy lejos de ganar la batalla contra la violencia machista. Durante el año 2010 la Fiscalía contabilizó 1.586 casos de maltrato a la mujer, más del doble de los que se produjeron en 2006, cuando se registraron 665 expedientes.

En el citado período la curva que calcula la incidencia de este tipo de delitos en Castelló ha sido siempre ascendente –751 casos en 2007, 837 en 2008–, y aunque el pasado año la Fiscalía registró «un ligero descenso de 104 procedimientos» respecto a 2009 –el peor ejercicio con 1.690 sumarios investigados–, el problema parece agravarse año tras año.

La Fiscalía Provincial de Castelló aclara que los datos que baraja «no tienen por qué coincidir con los que disponen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ni con los que obran en los Juzgados de Violencia Sobre la Mujer». Sin embargo, son claramente significativos de la persistencia de esta lacra.

El número de muertes violentas se ha mantenido prácticamente estable entre 2006 y 2010. Así, hace cinco años dos mujeres perdían la vida a manos de sus parejas, la misma cifra registrada en 2007, 2009 y 2010 –en 2008 la Fiscalía conoció sólo un caso de asesinato consumado–.

Con todo, los peores datos se cosechan en el capítulo del maltrato ocasional (352 casos en 2006 frente a 987 en 2010) así como en el de amenazas (158 en 2006 por 221 el pasado año). Las coacciones de hombres sobre sus mujeres también han aumentado: 12 diligencias instruidas hace cinco años por 40 durante 2010.

Además, llama la atención que los delitos de quebrantamiento de condena de hombres procesados por maltratar a sus parejas también se han disparado, ya que en el ejercicio 2006 se contabilizaron 46 casos mientras que en 2010 se abrieron 84 expedientes por esta misma causa –el peor dato de los últimos años–.

De las nueve muertes violentas acaecidas en Castelló en ese periodo, en siete ocasiones la víctima era española (77,77%) y en dos era extranjera (22,23%), en concreto de nacionalidad rumana y colombiana.

En cuanto a los agresores, seis de ellos eran españoles (66,66%), uno rumano (11,11%), otro de nacionalidad colombiana (11,11%), y el último salvadoreño nacionalizado español (1,11%).

Por lo que respecta a la relación entre víctima y agresor, en seis ocasiones existía matrimonio (66,66%) y en tres casos se trataba de una pareja de hecho (33,34%).

En la actualidad sólo quedan por enjuiciar la muerte de Rosario García Iturralde, que con toda probabilidad se verá ante el Tribunal del Jurado, y la de Concepción Gurrea Martín, si bien en éste ultimo caso «posiblemente el juicio no llegue a celebrarse nunca, dada la avanzada edad y el estado de salud del acusado».

«La causa, de momento, está archivada provisionalmente», según las fuentes consultadas de la Fiscalía.