Cerca de 300 alumnos de la Escuela de Hostelería del Grau de Castelló se manifestaron ayer por cuarta vez consecutiva para exigir al Consell que garantice los pagos pendientes y que no se vuelvan a repetir circunstancias extremas como la falta de ingredientes para prácticas de cocina o el cierre del comedor para alimentar a los propios propios estudiantes internados -que ya habían pagado a la conselleria una cuota previa por la manutención-. Es más, advirtieron que si no se salda la deuda, el centro podría colapsarse en apenas dos meses.

Los lemas de la marea de batas y gorros de chef eran explícitos y se acompañaron de una pitada ensordecedora: "Sin turismo no hay servicios, sin servicio no hay cocina, sin cocina no hay industria, sin dinero no hay nada: ¡viva la educación!"; "Esta semana no hemos comido"; con estos recortes no hay ni para postres";

No en vano, el impago de la Generalitat Valenciana durante 9 meses obligó al centro a principios de enero a suspender de forma indefinida las clases prácticas de cocina ante la falta de materia prima y la imposibilidad de pagar a los proveedores.

La conselleria le adeudaba en ese momento 135.000 euros para los gastos mínimos de funcionamiento correspondientes al segundo y tercer cuatrimestre de 2011, además de otros 22.000 euros pendientes del Servicio Valenciano de Empleo y Formación (Servef). El resultado fue una situación caótica, impropia de una escuela de referencia a nivel nacional: los proveedores ya no podían fiar más a la escuela porque tampoco tienen recursos y el centro se vio obligado a suspender por falta de ingredientes unas clases prácticas que representan el 70% de la docencia del instituto. La deuda del centro con los abastecedores superaba los 25.000 euros

La bombona de oxígeno provisional llegó el pasado miércoles con un abono de parte de la deuda: 60.000 euros del segundo cuatrimestre de 2011. El pago llegaba un día antes de la gran manifestación contra los recortes e impagos, pero no logró desmovilizarla y la participación en Castelló se acercó a los 30.000 manifestantes. Cerca de 400 estudiantes de Hostelería se sumaron a la protesta y ayer volvieron a manifestarse -esta vez en solitario- para exigir al Consell que pague lo que todavía debe al centro (alrededor de 75.000 euros).

La comitiva partió de la plaza María Agustina para recorrer las calles San Luis, Enmedio, Colón y, finalmente, protestar frente a la sede de la Conselleria de Educación. Los aprendices de hostelero advirtieron que no permitirán que el centro vuelva a quedarse sin fondos en marzo. "No vamos a parar las movilizaciones hasta que la directora territorial de Educación nos garantice que va a realizar los pagos pendientes y que la situación no va a volver a repetirse en marzo, momento en el que calculamos que se agotarán los 60.000 euros que ha pagado ahora la conselleria, todavía correspondientes al segundo cuatrimestre de 2011", explicó uno de los portavoces estudiantiles.