Sin ninguna placa conmemorativa que descubrir, ni emotivos discursos con los que ensalzar la labor realizada por Juan Ripollés, su colosal escultura, de 20 metros de altura, ya preside la entrada del aeropuerto de Castelló. Desde el pasado miércoles la estatua luce sin el andamiaje que le ha acompañado en los últimos tiempos, sin embargo, el esperado acto de inauguración no ha tenido lugar todavía. Ni rastro de las autoridades, ni de los altos cargos políticos.

El Consell, con el 99 % de la participación de Aerocas, la sociedad que preside Carlos Fabra y que contrató la escultura, ha preferido no convocar un acto oficial de presentación en sociedad de la obra de Ripollés, coronada por el único avión que ha visitado hasta la fecha las instalaciones del aeropuerto de Castelló. En la agenda del Ejecutivo valenciano todavía no se ha encontrado un hueco en el que celebrar la finalización del imponente busto.

Sobrecoste de 127.000 euros

Por su parte, el escultor, que actualmente se encuentra en China con motivo de una exposición de su obra, aseguró recientemente a través de un comunicado que el sobrecoste que han supuesto los trabajos en su escultura han alcanzado la cifra de 127.000 euros, una cantidad que, según Ripollés, se ha pagado del bolsillo «de sus hijos».

También subrayó que pese a no haber cobrado todavía la cantidad acordada por la realización del monumento, su deseo era finiquitar la obra, algo que se produjo el pasado 17 de julio. Además, reiteró que a la hora de diseñar la estatua no se inspiró en la imagen de Carlos Fabra.

En total, el presupuesto de la obra encargada por la Generalitat valenciana ha ascendido de los 300.000 euros de inicio hasta los 427.000 finales. Un sobrecoste del 42 por ciento, que según Carles Mulet, coordinador del grupo Compromís-Iniciativa en Castelló, merece una explicación, sobre todo por la inversión extra que necesitará escultura para su mantenimiento.

Según Mulet, la escultura del artista castellonense, «a pesar de ser de acero inoxidable, sigue las técnicas y acabados de otras de las obras de Ripollés, que ya han mostrado que no aguantan nada bien el paso del tiempo, como el Homenaje a la Paz de Almassora».

En este sentido, el grupo parlamentario de Compromís en las Corts Valencianes tiene previsto presentar una pregunta en la cámara legislativa para saber quién piensa asumir el coste del mantenimiento de la estatua «inspirada en Carlos Fabra».

Manises tampoco se inaugura

Igual de desangelado que el de la escultura de Ripollés fue el estreno de la T2 del aeropuerto de Manises. La nueva terminal del aeródromo valenciano abrió sus puertas el pasado miércoles tras casi dos años de obras de ampliación €con una inversión de 80 millones de euros€ sin que ningún representante de las administraciones públicas acudiera a la localidad de l´Horta Sud para presidir la apertura del nuevo espacio.

Pese a que estaba previsto que la ministra de Fomento, Ana Pastor, visitara el aeropuerto el martes, finalmente el histórico momento quedó huérfano de palabras de bienvenida y satisfacción. La terminal empezó a funcionar con 21 mostradores vacíos, mientras centenares de viajeros formaban largas colas en la T1.

La prensa mundial considera la obra símbolo del derroche

A diferencia de las aeronaves, periodistas de todo el mundo han visitado el aeropuerto de Castelló. La prensa internacional ha fijado su objetivo en el elevado coste de la obra y ha convertido esta infraestructura en un símbolo del derroche público en España. Una delegación del periódico japonés «The Asahi Shimbun» viajó hasta la provincia castellonense para conocer de primera mano la realidad del aeródromo y ver de cerca la estatua de Juan Ripollés. Además, medios de comunicación de Europa, Asia y América se han centrado también en estas instalaciones. La TF2 francesa, los periódicos «The Guardian», «Der Spiegel» y «The New York Times» y medios de Hong Kong y Vietnam han analizado en profundidad la situación del aeropuerto de Castelló, aún sin aviones. La televisión francesa dio la palabra a Carlos Fabra y al director general de Aerocas, Juan García Salas. Este último señaló que el aeropuerto estaba cerrado al igual que el «Louvre por la noche». levante-emv valencia