Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Rozando el liderato

El Castellón supera a un rocoso Crevillente y aprovecha el tropiezo del Atlético Levante para situarse a un punto de la primera plaza (2-0) - Rubén Suárez volvió a ser decisivo: marcó el primer gol y provocó la expulsión del visitante Pájaro - Negredo anotó el segundo, también tras el descanso

Alejado de la brillantez de otras tardes, el Castellón ganó al Crevillente por valiente y por paciente. Valiente, porque no se achicó frente a la agresiva propuesta del rival, pierna fuerte frente al duro escollo defensivo; y paciente, porque no se desordenó pese al avance sin goles del encuentro. Además, Rubén Suárez volvió a aparecer cuando el partido lo exigía y su equipo lo necesitaba, ahí donde las victorias se decantan. Marcó el 1-0 en el minuto 52 al cabecear con estilo un centro templado de Pruden, provocó la expulsión del visitante Pájaro, pasado de vueltas en el minuto 54, y observó desde la media distancia cómo Canadell y Meseguer tejían con clase el definitivo 2-0 de Rubén Negredo en el minuto 60.

Antes, en Castalia, en la primera mitad, el partido había recorrido a grandes rasgos el camino que el Crevillente había preparado. Enredó pronto la acción y fabricó una serie de obstáculos que el Castellón no supo superar. De inicio, la melé exagerada en el par de córneres que los visitantes tuvieron a favor fue significativa. Su principal baza fue la del contacto y el barullo, sostenida por un orden ejemplar y meritorio en la defensa. El centrocampista Pájaro firmó una marca individual sobre Rubén Suárez digna de otra época, persiguiéndole por cada metro del terreno, reduciendo en la práctica el impacto del albinegro en el devenir del primer acto. Sabía Pájaro que no podía dejarle un respiro a Rubén. Cuando lo hizo, el número 10 orellut decidió el partido.

Enfrente, el Castellón anduvo lento de reflejos y sufrió de veras para hincarle el diente al rival. Quería marcar rápido Calderé, lo dijo en la previa a modo de deseo, consciente de cómo se desarrollan este tipo de partidos, y estuvo cerca de lograrlo al tercer minuto, cuando Dani Pujol cabeceó desviado un buen centro de Pruden.

No llegó ese gol rompecerrojos y el Castellón tardó en descifrar el enigma que tenía delante. Le costó desbordar por banda y aún más enlazar por dentro, anulado Rubén y su radio de influencia. Fue albinegro el dominio del balón y poco a poco, pese a todo y a medida que fue imponiéndose en la salida, fue empujando al rival a su campo. Cerca del área contraria, Meseguer probó fortuna con dos disparos lejanos, suerte que repitió después Marc Castells con nulo éxito. Por pura presencia, el gol merodeó en varias acciones trastabilladas pero no hubo remate ni nada parecido. Yagüe, noqueado, fue relevado por Negredo en punta, junto antes del paso por los vestuarios al descanso.

Tras él, emergió la talla de Rubén Suárez. El 1-0 nació en una transición. Negredo cuerpeó y cedió de cara para Dani Pujol, que le devolvió la pelota a la carrera. Negredo levantó el centro buscando la llegada de Pruden en el segundo palo. El extremo zurdo controló y devolvió la rosca cerca de la cal. En área pequeña, contra pronóstico, por altura y por soledad, Rubén Suárez cabeceó con acierto, imposible para el arquero Poveda.

Si el 1-0 cambió el panorama, más lo hizo todavía la expulsión de Pájaro, apenas dos minutos más tarde. Pájaro llevaba toda la tarde ejerciendo de sombra de Rubén. Cuando empezaba a rumorearse que la cita acabaría en matrimonio, ocurrió un giro de acontecimientos. Rubén domesticó la bola con un difícil control y a Pájaro se le cruzaron los cables. Quizá caliente aún por haber concedido el remate franco del gol, el caso es que se excedió y golpeó a Rubén Suárez por detrás, en aparatosa caza. El colegiado castigó la entrada con roja directa.

El tercer golpe llegó casi de inmediato y fue definitivo. Recién había ingresado Canadell al verde. En una larga combinación de los locales, Adrià Gallego dio el pase cuándo y dónde tocaba. Conectó con Canadell entre líneas y Cana fue muy Cana: se giró, condujo hacia dentro y estiró el pase a Meseguer, descolgado en la zona del enganche. Meseguer también fue muy Meseguer, porque filtró al primer toque un pase de zurda que dejó a Negredo a solas frente al portero. Para terminar, Negredo fue muy Negredo. Controló con apuro y decidió con lentitud: su disparo, mordido, superó al meta y avanzó remolón hasta la línea de gol. Tocó el poste, despejó un defensa sobre el alambre y pareció gol. El asistente lo confirmó.

Compartir el artículo

stats