Lo que debería ser un momento de relax y descanso se ha convertido en una auténtica pesadilla para los vecinos de Sensal que tienen perros. Una vecina cuenta que, debido a la alta presencia policial por la conflictividad que suscita la zona de esparcimiento canino, bajan a pasear al perro con el DNI. «La mayoría de los días me tengo que identificar», cuenta una vecina. Además, asegura que el dueño de un Cocker les graba y les amenaza con denunciarlos por entrar con los perros grandes. La afectada lamenta que, encima, no tienen otro sitio donde ir. «El único lugar donde los perros pueden ir sueltos, correr y jugar es este. Si hubiera más opciones, te vas a otro sitio y ya está, pero es que no hay más sitios. Lo que se está demostrando es la falta de civismo por parte de algunas personas y que están consiguiendo que se cree mucho malestar», añade una de las afectadas.
n. soriano castelló
