La controversia y las críticas que se extendieron a través de las redes sociales no han podido impedir la apertura del lavadero de coches de la calle Bélgica de Vila-real. Pese a que la empresa tuvo que cambiar el nombre en los carteles y reclamos publicitarios «por utilizar la imagen femenina con carácter vejatorio», ayer se abrieron las puertas del local y comenzaron los primeros trabajos con normalidad. En total son tres mujeres (dos empleadas y la propietaria) y dos hombres (un empleado y el encargado) se encargan de realizar tareas de lavado.