Después de una semana bajo el «caloret» que han podido sufrir bajo las tiendas de campaña, los miles de asistentes al FIB que se han alojado en las zonas de acampada del festival comenzaron ayer el viaje de vuelta a casa. Desde primera hora de la mañana de ayer, los jóvenes que escogieron Campfest y Villacamp para hospedarse durante su estancia en Benicàssim, comenzaron a recoger todos sus enseres e iniciar el viaje de retorno a sus ciudades de origen.
Tal y como anunció la organización del festival en el balance de la presente edición, la presencia de asistentes españoles ha aumentado un 25 % respecto al 2014 y ello se ha podido notar en una reducción de basura y enseres que los asistentes suelen dejar «olvidados» en las zonas de acampada. Ambas áreas cerraban sus puertas a las 17.00 horas, pero gran parte de los asistentes ya habían hecho las maletas al mediodía y alrededor de las 13.00 horas ya habían emprendido el viaje de vuelta.
A esa misma hora y como suele ser habitual edición tras edición, varias personas se congregaron en las inmediaciones de la acampada para intentar conseguir hacerse con alguno de los objetos dejados, una vez el camping cerrara sus puertas. El número de personas apostadas en la entrada fue mucho menor que en ediciones anteriores, quizás por las altas temperaturas que se registraron a esas horas, o quizás también porque el número de enseres dejados era mucho menor.
Aún así, la seguridad estuvo reforzada en la zona con presencia de la Guardia Civil. Coincidiendo con el momento del desalojo de la acampada, varios agentes a caballo de la Guardia Civil se apostaron al lado de las puertas de entrada para controlar, junto con los miembros de la seguridad privada del FIB, que no entrara nadie ajeno al Campfest y que lo «fibers» tuvieran una salida mucho más segura. El mayor groso de personas ajenas al festival comenzó a llegar alrededor de las 18.00 horas.
La organización del FIB informó que alrededor de 10.000 asistentes escogieron durante esta semana alojarse en Campfest y 1.700 personas en Villacamp. Además de ellos, la ocupación hotelera de Benicàssim y Castelló alcanzó el 98 durante los cuatro días de celebración del festival.
En cuanto al desmontaje del recinto de festival, los trabajos comenzaron bien pronto y llegado el mediodía ya se había desmontado buena parte del escenario Las Palmas, así como el resto de la infraestructura del macro evento.
Menos caja
Por otro lado, tras el FIB toca que los hosteleros analicen cómo ha ido la semana. El presidente de la Asociación de Empresarios y Hosteleros de Benicàssim (Ehosbe), Luis Bas, indicó ayer que la presencia en el casco urbano de asistentes al festival ha sido «considerablemente menor» que en ediciones anteriores y ello ha supuesto una merma en los ingresos. Bas añadió que «esta semana se ha vendido menos que la semana pasada» ya que a la menor presencia de «fibers» se suma que el cliente habitual no haya acudido a los bares, cafeterías o restaurantes durante los días de celebración del FIB al pensar que los locales estarían llenos de gente.
Respecto a los establecimientos ubicados en la costa, el presidente de Ehosbe sí que pudo dar conclusiones positivas porque «ha habido más concentración de 'fibers' en las zonas de playa y ello ha supuesto más ingresos a los locales de la costa como en la Almadrava o Eurosol.
Asimismo, los establecimientos que han notado un ligero aumento han sido los que han ofrecido durante estos días sándwiches, bocadillos, hamburguesas o pizzas, es decir, una comida al gusto de los extranjeros. Bas añadió que, aunque la zona de acampada Villacamp junto al casco urbano ayude a que haya más presencia de asistentes en el pueblo, «falta hacer más camino para que el FIB sea más rentable para Benicàssim».