Alrededor de 120 vecinos del barrio de la Sénia se reunieron ayer para cenar como hacen cada año por esta época pero en esta ocasión con doble motivo para la celebración. Y es que hace pocos días que estos vecinos han tenido acceso a su histórico local, ahora reformado por el Ayuntamiento de Vila-real tras años de problemas con la aluminosis.
La presidenta de la asociación vecinal, Mª Carmen Rodríguez, explicaba ayer que, en términos generales, los vecinos están satisfechos con la reforma, que les permitirá seguir organizando actividades en su histórica sede, pese a que han perdido la parte delantera de la misma, derribada a principios de este año y reconvertida en una plaza conectada con el área verde del Pou d'Amorós.
La intervención ha costado al consistorio vila-realense 60.000 euros, y las obras, iniciadas en enero y acabadas antes del verano, han consistido en la adecuación de una nave de más de 200 metros cuadrados en los que habrá oficinas, salas y una zona de almacenaje.
La asamblea vecinal ya se reunió hace unos días en la nueva sede social y será durante este mes de octubre cuando el colectivo empiece a programar actividades en la misma.
Rodríguez, que se confesó «nerviosa» ante una jornada «muy emotiva» pero «con mucho ajetreo», apuntó que las obras les dejan satisfechos pese a que «se han retrasado un poco».
Ayer, no obstante, era momento para celebraciones, ya que en la Sénia siempre se reúnen con la llegada del otoño para conmemorar la construcción de la primera sede de la asociación, «hecha por los propios vecinos durante un año, en ratos libres y fines de semana, cada cual aportando según sus conocimientos y habilidades».
Encuentro desde 1997
Este encuentro anual se comenzó a realizar en 1997 y desde entonces ha sido cita obligada para los vecinos, que consideran que de aquella participación tan directa en las obras ha quedado un «cariño especial» a una infraestructura que consideran suya y que esperan que pueda seguir articulando la vida del barrio en los próximos años.
Siguiendo con aquel espíritu, «que no se puede perder», la cena de ayer la prepararon ellos mismos en una tarde de idas y venidas al local. Por la noche fue el momento de disfrutar y de atender a los invitados, entre los que se contaban varios miembros de la corporación municipal, tanto del equipo de gobierno como de la oposición, el párroco de Santa Sofía, mossèn Guillermo, y representantes de otras asociaciones de vecinos de la localidad que quisieron ser partícipes de este momento tan especial para los vecinos de la Sénia.
Con el estreno del nuevo espacio vecinal se pone fin a una situación angustiosa para los residentes en esta zona de Vila-real que se remonta a 2011, cuando se detectó el deterioro de la infraestructura y se restringió el uso en la parte más afectada. Ya entonces se iniciaron los contactos con el ayuntamiento, en especial con las áreas de Participación Ciudadana y Territorio, que han desembocado en las obras ya finalizadas.