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«Disfrutar de los parques es un lujo para la vida familiar»

Fernando Vilar se fue a vivir al Raval Universitari cuando aún estaba por construir, pero ahora dice que fue la mejor elección

«Disfrutar de los parques es un lujo para la vida familiar»

Pasear con Fernando Vilar por el barrio Raval Universitario de Castelló es hacer un recorrido por la plácida vida familiar que comporta ser padre de tres hijos. Parques, jardines, calles peatonales, su propia urbanización y la parroquia son algunos de los lugares que más frecuenta junto con su mujer e hijos. Trabaja como personal de administración y profesor en la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló y de niño vivió en el barrio San Félix, donde se han celebrado las fiestas recientemente. El principal motivo por el que se fue a la periferia de Castelló fue el precio más asequible de una vivienda nueva y la proximidad al lugar de trabajo.

Dice que es un barrio muy agradable para vivir y trabajar, pero no siempre fue así. Fernando recuerda los inicios nada más mudarse al Raval Universitari cuando salir a pasear era andar entre obras y descampados. «Las calles no tenían luz y transmitía esa sensación de que está todo por hacer», asegura. La evolución de este barrio es más que evidente. Ahora cuenta con prácticamente todos los servicios aunque, en opinión de Fernando, la apertura de un conocido supermercado y la construcción del puente „recientemente bautizado como del Siglo XXI„ supuso el primer paso para consolidar la barriada como uno de los lugares más demandados de la ciudad. «El tener cerca un supermercado para hacer la compra y no tener que desplazarte al centro de la ciudad y el hecho de abrir la barriada a la 'civilización', cambió el barrio por completo, y empezó a venir gente», asegura.

De la mano de Fernando descubrimos uno de los lugares de más paz de la barriada: la parroquia de El Salvador, consagrada el 23 de enero de 2011. Todavía falta completar el cubrimiento de las fachadas laterales. Ha sido un proyecto que se ha realizado, en su mayor parte, con donaciones y por ello aún no ha sido terminada.

En su interior guarda una de las donaciones más importantes, el Cristo de la Misericordia, realizado por el escultor Darío Fernández. Se trata de una pieza de estilo neobarroco, de madera de cedro real, policromado a óleo siguiendo las técnicas del siglo XVII. Otra peculiaridad de esta singular parroquia „muy acorde por la alta natalidad de este barrio„ es un espacio habilitado para los niños.

En una habitación acristalada y con juegos y mobiliario infantil, los padres pueden permanecer con sus hijos, sin molestar, mientras asisten a la misa. Además, la construcción de este templo también ha supuesto la recuperación de la devoción a la Virgen de la Sapiencia, la patrona de los estudiantes y los universitarios, una propuesta muy acertada teniendo en cuenta que la parroquia está próxima al campus universitario. La imagen fue donada por miembros del Consell Social de la Jaume I a título personal.

Todo esto fue posible gracias a la iniciativa del párroco Joan Llidó que impulsó el proyecto y que contó con la ayuda de Fernando. «Es uno de los sacerdotes más emblemático de la Diócesis de Segorbe Castelló. Es doctor por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y ejerció de profesor en la UJI durante más de veinte años. «Cuando vine a vivir aquí, él contó conmigo para poner en marcha la parroquia como principal colaborador durante la construcción del templo », explica Fernando.

Por aquel entonces empezó a fraguarse la asociación de vecinos, también a instancia de mosén Llidó, lo que le hizo merecedor de tener el carné número 1 de socio. «Él fue quien nos dijo que hiciéramos la asociación ya que era la mejor manera para no acabar siendo el barrio de la periferia. Así que lo hicimos y yo fui el primer presidente „cargo que ostentó hasta 2013„ y durante seis años nos reunimos en los salones parroquiales, donde también se hacía la misa antes de que estuviera la parroquia», añade nuestro protagonista.

Tiempo de ocio

Y cuando toca el momento de ocio, el parque Botánica Carmen Albert Polo es el lugar preferido de Fernando. La tarde se pasa muy rápida cuando se disfruta de este espacio verde. «El pequeño sale de casa con la bicicleta y llega antes que yo, se sabe el camino de memoria. Mis hijas quedan con las amigas y mi hijo no para de jugar a la pelota con el resto de niños. Disfrutar de este tipo de parques es un lujo para la vida familiar. Para mí es el mejor valor del barrio», apunta Fernando.

Además, este parque tiene el privilegio de ser el primer espacio público del barrio Raval Universitari con nombre de mujer. Fernando explica que hubo dos intentos para empezar a instaurar la nomenclatura femenina pero no fue hasta este verano cuando la asociación de vecinos lo logró, otorgando al parque el nombre de esta reputada castellonense, profesora universitaria en Valencia. «El primer intento fue con el Plan E con el que se hicieron las escuelas infantiles y que, de un día para otro, nos enteramos que ya tenían nombre: Chupetes, Biberons y Peucs. Para la escuela del barrio nosotros propusimos el de Palmira Pla, maestra que vivió en Castelló y fue la primera diputada por Castelló en las Cortes Constituyentes de 1977. Fue una de las pocas diputadas en las Cortes Constituyentes de 1977 y lo fue por Castelló. El segundo intento fue el nuevo colegio que, al final, se llamó Vicent Marzà», explica Fernando.

Y en sus horas de descanso, que son pocas, Fernando compensa el estrés dando un paseo por el campus, si puede con su mujer e hijos. Concretamente, el Jardí del Sentits es uno de los rincones que más le gustan. Su alegoría a los cinco sentidos hace de este lugar uno de los más bellos de la zona universitaria. «Todo el campus es un lugar especial y desde su parte sur se pueden ver las puestas de sol más bonitas de toda Castelló», asegura nuestro protagonista.

Otra de las calles preferidas de Fernando es Ceramista Manolo Safont, sobre todo en primavera. Se trata de una pequeña vía peatonal con unos peculiares árboles a ambos lados que en los meses de abril y mayo oscurecen la hoja y da flores blancas. «Se convierte en un pequeño paisaje único en la ciudad», apunta.

Todo ello hace que este barrio haya sido la mejor elección de Fernando y su familia que, después de unos primeros años difíciles, el gran desarrollo experimentado ha hecho de esta zona una de las más idóneas para parejas jóvenes e incipientes familias.

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