Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Ensanche quiere dejar de estar «en tierra de nadie»

La nueva entidad vecinal reclama al nuevo gobierno municipal un «lavado de cara urgente» de sus calles

El Ensanche quiere dejar de estar «en tierra de nadie»

Los ensanches urbanos se concibieron en su momento como un nuevo modelo mallado para conseguir un crecimiento ordenado y sostenible de una ciudad. Este concepto original se desvirtuó en el Ensanche de Castelló. La especulación dio pie a un barrio sin personalidad, con bloques de edificios en altura junto a antiguas casas de labradores. Para colmo, en la división administrativa de la capital, el Ensanche quedó situado en los márgenes del distrito sur y del centro de la capital. Estas circunstancias y la ausencia de un tejido asociativo propio han mantenido a la barriada alejada de los núcleos de decisión del ayuntamiento. Este olvido ha pesado. La zona parece que se ha quedado anclada en los años 80 del siglo pasado pero sin la vida comercial de antaño.

Un grupo de vecinos quiere cambiar esta realidad y se ha agrupado en la primera asociación del Ensanche, que abarca desde la Gran Vía hasta la ronda Mijares, por un lado, y desde la calle Pelayo (Hospital Provincial) hasta el parque del Oeste, por otro. Se ha bautizado como la Maestría, en honor al nombre de la antigua escuela industrial, que persiste en un remozado politécnico. Esta zona es el vivo ejemplo del urbanismo caótico que predominó en Castelló desde los años 60 a los 80. Su fisonomía original era una especie de «raval» con casas de agricultores. Con la expansión de la ciudad se programó una trama urbana de acuerdo con los cánones de un ensanche (una cuadrícula estructura y ordenada), pero el diseño residencial se hizo sin ton ni son, mezclando inmuebles de varias plantas con viviendas bajas. A este desorden se añade el abandono que ha sufrido en las últimas décadas. «Hemos estado en tierra de nadie», afirma Luis López, portavoz de la asociación.

«De manera individual es imposible conseguir cosas y por eso hemos decidido unir nuestras fuerzas», señala López. La entidad engloba a 40 vecinos y prevé organizar actividades una vez crezca la cifra de socios. Para empezar, la asociación ha enviado un dossier de reivindicaciones al nuevo equipo de gobierno en materia de limpieza, urbanismo, seguridad y dinamización. Son cuestiones que otros barrios tienen resueltas pero que en el Ensanche siguen pendientes. «La petición, por ejemplo, de carriles bicis, nos para muy lejos, necesitamos primero un lavado de cara», señala Marina Vilar. López y Vilar junto a Dori Nebot y Quica Becerra nos enseña la falta de mantenimiento del lugar.

Las quejas se constatan en la visita, especialmente en la parte este de la avenida República Argentina (calles Barrachina y Vázquez Mella). Sus aceras se encuentran en un pésimo estado, llenas de baches y con diferentes firmes. También se reclama una remodelación de la plaza Bautista Porcar para su conversión en una zona verde. La construcción de un parking subterráneo la transformó en una mole de cemento. El vecindario denuncia, además, que las rampas de acceso del aparcamiento carecen de protección.

Asimismo, se han hecho actuaciones que han empeorado las cosas. En Barrachina y Vázquez Mella, «algún iluminado» proyectó unas nuevas esquinas que sobresalen a la calzada, lo que dificulta el tránsito viario y obliga a los coches a aparcar encima de la acera para evitar posibles golpes, agrega el colectivo. Mientras, la sustitución de las luces tradicionales por tecnología led en el tramo oeste del Ensanche (calle Sidro Vilaroig y entorno) ha reducido la intensidad lumínica de las farolas públicas.

Por su parte, la Maestría considera muy insuficiente el trabajo de la empresa municipal limpieza. La imagen de calles ennegrecidas y la presencia de excrementos de perros lo evidencia. «Solo pasan la manguera cada tres meses», denuncia.

La asociación lamenta que estas condiciones ahuyentan la actividad comercial. «Si un barrio no está bien, el comercio se marcha», añade Luis López.

Compartir el artículo

stats