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Los defensores del belén durante tres décadas

El viernes abrirán la sede para mostrar su belén monumental y otros nacimientos singulares Realizan talleres para explicar los mejores métodos y materiales

Los defensores del belén durante tres décadas

Sorprende la dedicación con la que todos los años van colocando, pieza a pieza, el belén monumental que ocupa su sede de la céntrica calle Isabel Ferrer. Su interés no ha decrecido pese a estar cerca de cumplir 30 años como colectivo. La Asociación Belenista de Castelló, creada en 1996 para evitar que el árbol de Navidad se impusiese al nacimiento, sigue fiel a su cita pese a los vientos que parecen soplar en contra de esta tradición religiosa, que todos ellos defienden ya como parte de la cultura española.

Todo comenzó cuando comenzaron a juntarse personas que diseñaban belenes en sus domicilios «y organizábamos visitas a cada casa para contemplarlos e intercambiar ideas». Lo que surgió como una afición entre amigos acabó convirtiéndose en una asociación que, en la actualidad, integra a cerca de medio centenar de personas.

Estos días se reúnen en el local para ultimar su belén monumental de más de 7 metros de ancho por seis de profundo, que abrirá al público, en principio, a partir de este viernes 18 de diciembre. Junto a esta pieza estrella, los visitantes pueden disfrutar de otras clases de belenes, montajes que, como recuerda el presidente de la asociación, Paco Tirado, «no tienen más límite que la imaginación».

Por un lado aparece un belén con figuritas de Playmobil en movimiento «que a los críos siempre les entusiasma». Fue un montaje de un compañero de la asociación ya fallecido, Carlos Gascó, que permanece en la memoria de todos los miembros de la asociación. También hay otros nacimientos enfocados a adolescentes y los dioramas con determinadas escenas. Tirado subraya que lo clásico siempre triunfa, aunque subraya que estos años ha mejorado mucho la calidad de las figuras pese a la «invasión» de las piezas chinas.

Intentan mantener la actividad de antaño aunque la crisis y la pérdida de subvenciones -«este año nos hemos quedo fuera de las ayudas municipales»- hacen complicada la supervivencia. «Hubo unos años de bonanza ya que fuimos capaces de convocar un concurso de escultura belenista que atrajo incluso a gente de fuera de España, pero ahora es imposible», se lamenta Paco Tirado.

Pese a todo, realizan dos cursillos, uno en mayo y otro en septiembre, «que son siempre un éxito de público», en los que dan las claves de cómo montar un buen belén y cuáles son los mejores materiales para realizar la mejor composición. Y sobre el futuro de la asociación, reconoce que es difícil sumar a las nuevas generaciones, pero confía en la supervivencia.

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