Siete goles son muchísimos si se lo dicen al Valencia, a quien aún le escuece el partido ante el Barcelona. Son bastantes si se suman entre dos partidos de una misma eliminatoria, como le pasó al propio Barça hace tres años ante el Bayern de Heynckes. Son más bien pocos si los anota un delantero en toda una temporada, como le pasó a Fernando Torres la pasada campaña. Pero si siete goles son los que se meten en toda una jornada completa de diez partidos, solo puede ser una cosa: racanería.

Doña Tercera División ha hablado, dando un nuevo mazazo de realidad a los que piden un juego de paredes, florituras y adornitos. Cinco empates a cero en un fin de semana entero, es decir, la mitad de los partidos sin goles. La jornada 24 del grupo VI de la Tercera División pasará a la historia por su insultante escasez de goles y vida en sus diez partidos. De los siete goles, seis han sido visitantes y el único gol local es el que le ha permitido al Castellón ganar su importante partido ante el Borriol.

En Tercera División se gana, después se defiende, después se muere en el campo y ya, si eso, si da tiempo, se juega. No nos engañemos. El Castellón que más se identificó con su idiosincrasia y su gente fue el de los canteranos y Pedro Fernández Cuesta, el mismo que ayer dijo que este Castellón se parecía mucho a su Castellón. Y para mí eso es una buena noticia. El de Pedro era un equipo basado en una suficiencia defensiva que no hemos vuelto a ver por Castalia.

Era un equipo con falta de gol, pero que se suplía con un sacrificio enorme de cada jugador en cada línea. El que yo veo cada semana, por ejemplo, en el capitán de aquel equipo que hoy vuelve a ser jugador del Castellón: Jordi Marenyà. Nadie duda que tenga capacidad para romper a jugar y dejarnos con la boca abierta en cada partido, pero en Tercera -y él lo sabe mejor que nadie- primero hay que currar. Y ahí está el saco de balones que roba en cada partido.

Me mosqueó bastante la reiterada transacción de salida y entrada de futbolistas. Kiko justificó en Onda Cero los motivos y atendiendo a sus palabras, hay que reconocerlo. Suárez, Gracia, Escudero, Clausí, Selvas, Casero, Lolo, Pruden? la mayoría no han sido salidas normales y muchas han tenido condicionantes extradeportivos. Entiendo que Kiko quisiera construir de nuevo una plantilla competitiva, de acuerdo. Pero lo que molesta a la afición son los más de 100 jugadores que han pasado por el Castellón en tres años y medio, no exclusivamente en esta temporada. Castalia no es una estación de servicio.

Polémicas al margen, Kiko me volvió a convencer. Por unas cosas o por otras, el Castellón necesitaba reforzarse, y la imagen que ayer transmitieron los recién llegados nunca me la llegué a imaginar así. Arturo y Juanfran completaron una defensa imbatida en su primer partido, convenciendo por calidad, valentía y una forma física muy superior a la esperada. Sagunto espera a la vuelta de la esquina sin Marenyá ni Meseguer, ambos sancionados. Racanería o no, hay que ganar. Y ya, si eso, si da tiempo, se juega.