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Bellido planteará al Patronato de Fiestas una purga del sector díscolo de su Junta

El presidente de la Junta de Festes necesita el respaldo del ayuntamiento para destituir a los vocales críticos

Bellido planteará al Patronato de Fiestas una purga del sector díscolo de su Junta

El presidente de la Junta de Festes de Castelló, Juanvi Bellido, planteará al patronato municipal una purga de los elementos díscolos de su equipo para poner fin a la crisis interna. Esta medida deberá ser ratificada por el ayuntamiento de Castelló.

Bellido pasa al ataque en un intento de afianzarse en el cargo. Sus primeros cinco meses de mandato se han saldado con una crisis interna, las quejas de dos funcionarios y las criticas de los familiares de la reina de las fiestas y su corte de honor. Dos integrantes de su junta presentaron su dimisión al finalizar las fiestas de la Magdalena, y ahora hay un grupo de nueve de los 21 vocales de la junta que son contrarios a la gestión de Bellido y reclaman su marcha. Las diferencias han estallado después de fiestas.

El presidente de la junta ha mantenido en las últimas dos semanas reuniones con algunos de sus integrantes y, tras las mismas, ha previsto una reestructuración más amplia de la que había inicialmente programado. Primero pensaba modificar los roles de los vocales, pero ahora barrunta sustituir a sus detractores por gente de confianza. En su mira tiene puesta a un grupo de tres a cuatro personas, aunque la disidencia es mayor de lo que piensa.

La posible destitución de estos vocales ha de ser confirmada por el Ayuntamiento de Castelló. Los estatutos de la organización festera señalan que los integrantes de la junta son designados por la presidencia del patronato, es decir, la concejala de Fiestas, Sara Usó. La junta está compuesta por dos equipos de 12 personas cada uno. El primero es de gestión y es el núcleo duro del presidente, formando el mismo aquellas personas que lo acompañaron en su candidatura. El segundo es el de colaboración y sus miembros son propuestos por los colectivos festeros.

Los cambios planteados por Bellido se prevén llevar a cabo en el grupo de gestión, pero para ello necesitará el visto bueno de la concejala de Fiestas.

El sector opositor también tiene planeado su cese si no se marcha el actual presidente o no se produce un giro radical en la composición y formas de la actual junta. Las espadas están el alto. Bellido se siente respaldado por la mayoría de su junta y quiere continuar en la presidencia, mientras sus detractores esperan que el ayuntamiento intervenga.

La Junta asiste a una batalla soterrada, dividida en dos grupos. El máximo responsable confía en que la remodelación lo refuerce en el puesto. Sin embargo, parece improbable que esta medida sea suficiente para pacificar el «món de la festa». Las quejas de dos funcionarios -técnica municipal del patronato de fiestas y el jefe de Protección Civil- por presuntos desaires y descalificaciones de Bellido han enervado el tejido festero de la ciudad. Nadie se atreve dar un paso pero la preocupación es latente.

La semana que viene se antoja crucial para la resolución de la crisis festera.

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