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Memoria histórica

Los cadáveres de la guerra que nadie reclama

La provincia está plagada de fosas de víctimas de la Guerra Civil y los expertos creen que podría haber más que en Valencia, donde se hallaron 172

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Los cuerpos abandonados de Borriol

La Guerra Civil dejó un rastro de muerte cuya pista siguen arqueólogos y genetistas casi ocho décadas después. La provincia de Castelló está plagada de fosas: aún no se ha elaborado el mapa -por falta de financiación de las administraciones-, y ya se ha localizado medio centenar, pero los expertos opinan que puede haber más, incluso, que en Valencia, donde se hallaron 172.

«Castelló fue barrido de norte a sur por el avance franquista en la primavera del 38. Desde Vinaròs hasta el sur de la provincia se registraron episodios de violencia, asesinatos y fusilamientos», señala el coordinador del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica de la Comunitat Valenciana, Matías Alonso.

Sin embargo, aún son pocas las fosas que se han exhumado, pues la asociación ha hecho lo que ha podido con los fondos recaudados a través de la colaboración ciudadana. Fruto de esos trabajos se hallaron sepulturas en El Toro, Segorbe y Borriol. Algunos de los restos fueron devueltos a sus familias, pero otros continúan en el limbo. Es el caso de los 72 soldados del bando nacional que fueron hallados en el cementerio borriolense en 2014. El objetivo era encontrar los cuerpos de José Valls y Luis Messeguer, dos vecinos fusilados tras la entrada de las tropas franquistas. Pero, en lugar de eso, los arqueólogos dieron con la fosa de los soldados enterrados entre el 5 y el 17 de septiembre de 1938.

Los restos no pudieron ser exhumados, pues el hallazgo fue casual y la asociación no disponía de los permisos necesarios. No obstante, el archivo municipal sí tenía registrados los nombres de todos y cada uno de los combatientes, así que el grupo por la memoria histórica difundió el descubrimiento y publicó el listado en su web confiando en que familiares aún vivos podrían estar buscándolos. «A día de hoy nadie ha reclamado ni un solo cuerpo», asevera con incredulidad Alonso. Han pasado dos años desde que saliera a la luz esta fosa común «medio destruida» y los restos siguen sepultados e «ignorados», admite el portavoz, a la espera de que algún pariente se interese por ellos y active el proceso de recuperación.

Otro de los cuerpos hallados por la asociación tampoco ha sido reclamado por nadie. Aunque en este caso no es de extrañar, pues su identidad es un misterio. Se trata del denominado soldado desconocido de El Toro, el municipio castellonense donde se encontraron los restos en 2013. Ni siquiera se sabe a qué bando pertenecía, pues aparte de los huesos no quedaron evidencias suficientes que determinaran si se trataba de un soldado republicano o franquista. Junto al cuerpo sólo apareció algo de munición, parte de un macuto y algunos botones.

Los huesos, que se recuperaron prácticamente enteros, fueron trasladados a la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid, una de las pocas entidades que se ofreció a colaborar con la asociación en la identificación de restos mortales, según señala Matías Alonso. Allí los restos se sometieron a pruebas de ADN, pero como no hay con qué cotejar los resultados no se puede determinar su identidad. «Durante este tiempo, hemos estado peleando para que se le diera sepultura», explica el portavoz de la asociación. Según la normativa, el cadáver debería ser enterrado en el cementerio del municipio donde se halló. Sin embargo, nadie se hace cargo de él y el colectivo no dispone de recursos para comprar y mantener un nicho. Mientras tanto, los restos del soldado desconocido reposan en un almacén a 500 kilómetros de Castelló.

Expolio

Tumbas profanadas y hospitales de campaña derruidos. Es el resultado de décadas de desprotección legal de las fosas y las construcciones de la Guerra Civil, cuyos restos han sido expoliados hasta tal punto que cuesta identificar los vestigios hallados. En la Salada, un vértice ubicado entre la localidad turolense de Abejuela y El Toro, el Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica encontró varios cuerpos de jóvenes de entre 15 y 20 años que no pudieron ser identificados porque la tumba había sido profanada. Lo mismo sucede con los hospitales de campaña que se levantaron durante la contienda junto a las trincheras. Estas construcciones históricas se encuentran en un estado ruinoso hoy en día, como es el caso del hallado en El Toro.

Nueva ley de memoria

Se prevé que con la nueva ley de memoria democrática que elabora el Consell se impulse el mapa de fosas en Castelló. Además, la normativa encomendará a la Generalitat la recuperación e identificación de los restos de víctimas desaparecidas. El colectivo espera que la ley se dote de presupuesto suficiente.

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