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Entrevista | Vicent Climent

«La UJI se las ve y se las desea para mantener la oferta de grados y másteres»

El rector de la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló, Vicent Climent, hace un positivo balance del año 2016 en el que la institución ha celebrado su 25 aniversario

El 2016 ha sido un año de celebración para la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló. En su 25 aniversario, la institución ha realizado todo tipo de actos para mostrar a la sociedad castellonense dónde ha llegado y hacia dónde va. Una intachable trayectoria que ha hecho de la UJI una de las universidades más atractivas de la Comunitat Valenciana. En este tiempo, la Jaume I ha pasado de tres facultades a cinco centros, ha hecho una apuesta firme por la Facultad de Ciencias de la Salud y ha conseguido posicionarse en el campo de la investigación. Y todo ello, pese al duro recorte sufrido en los últimos tres años que, todavía, hace tambalear las cuentas. El rector, Vicent Climent, hace un repaso a lo que fue, lo que es y lo que quieren que sea la Universitat Jaume I.

¿Cuál ha sido el balance de este 2016?

El año 2016 ha estado focalizado en la celebración del 25 aniversario con actos que pusieron en valor, tanto delante de la sociedad como delante de la propia universidad, de dónde veníamos, a dónde habíamos llegado y hacia donde queremos ir. Ha sido una manera de dar respuesta y rendir cuentas delante de la sociedad y trasladar el mensaje de que la universidad ha sido una ventana de oportunidades para los castellonenses. El objetivo de todos los actos programados era dar a conocer lo que hace la universidad por la sociedad y que somos una institución joven pero que hemos conseguido un nivel de consolidación importante.

¿En qué se basa la consolidación de la UJI?

Hemos superado la idea inicial de lo que entendíamos por universidad y en ese sentido estamos muy orgullosos. Hemos pasado de tres facultades a cinco centros, lo que representa un incremento importante. Hemos continuado manteniendo un nivel investigador puntero y continuamos teniendo institutos de investigación de importancia. Y lo hemos hecho en una época que, desde el punto de vista económico, podíamos decir que ha sido dramática.

¿Qué tiene la Jaume I que no tiene otras universidades que la hacen tan atractiva?

La familiaridad, la proximidad y el hecho de que es una universidad no masificada, con un campus único donde todo es más próximo y el estudiante, dentro de ese campus, puede hacer todo tipo de actividades. Evidentemente, puede formarse, investigar, participar y contribuir a su formación cultural, pero también puede divertirse, practicar deporte y, de alguna manera, puede vivir. Además, tenemos un nivel de dotaciones importante , todas nuestras aulas tienen sistemas de tecnología avanzada y los laboratorios están muy bien dotados. A ello hay que añadir que podemos ofrecer, no solo una oferta de grados muy amplia, sino también una oferta de másteres y formación específica y especializada también muy importante. Con todo esto, el estudiante puede planificar su formación a lo largo de la vida, dentro de la universidad.

¿Los estudiantes de la UJI son especialmente reivindicativos?

Los estudiantes de la UJI son reivindicativos desde el inicio de la creación de la universidad. Va en los genes. La nuestra, fue una universidad que se creó de forma reivindicativa. Aquí, los estudios de educación superior se impartían en el Colegio Universitario de Castelló pero había agravios comparativos. Eso estalló en una reivindicación común y unitaria, y fue de las pocas veces que la sociedad de Castelló se sintió unida. Hasta los diferentes partidos políticos de aquel momento coincidían en que, efectivamente, Castelló era una de las provincias que no estaban bien tratadas desde el punto de vista de los estudios universitarios y que, por tanto, requería un tratamiento y que se hiciera una universidad pública. Y esa reivindicación en la que nacemos ha ido, de alguna manera, alimentando o marcando el carácter del estudiantado de la UJI.

¿Cómo definiría a ese alumnado?

Ha sido y es un estudiante inquieto, en el sentido de buscar siempre una mejora para el estudio, en su formación, con una propuesta educativa integradora, crítica, exigente para pedir mayor recursos „en instalaciones, infraestructuras deportivas, culturales„ y, obviamente, con reivindicaciones hacia el rectorado. Han sido reivindicativos en el tema de tasas, más becas, más ayudas, mejor movilidad, mayor democracia, una mayor participación por su parte, una mayor consideración y una autonomía y libertad. Como universidad estamos obligados a formar profesionales pero también ciudadanos y, en ese sentido, les reivindicaciones han hecho su papel, y un papel muy importante.

¿La UJI sigue con la redacción del Código Ético?

Sí. Queremos elaborar un código ético de nuestra institución, basada en los principios de nuestros estatutos, incorporar valores nuevos que ayuden a formar a una sociedad progresista, de progreso hacia las personas, social, económico y, sobre todo, de justicia de igualdad en las personas. Un maestro, que se dedica a educar y formar, tiene que ser un ejemplo en muchos aspectos y necesitamos reflejar unos valores éticos al resto de la comunidad universitaria. Tenemos que tener una impronta ética que no solo quede dentro de la universidad sino que sea permeable y mire hace el resto de la sociedad.

¿Cómo es de importante para la UJI, además de la formación técnica, la formación como personas?

Es muy importante. Creo que los lugares de relevancia „directivos de empresas, de instituciones, de organizaciones de gobierno„ los ocupará gente que tendrán una formación especializada y tendrá que ser gente universitaria. No concibo que lugares de esa responsabilidad sean ocupados por gente sin formación. Eso no quiere decir que estas personas sean más importantes que otras ciudadanos, en absoluto. Uno puede tener su formación y ser un excelente orfebre pero, los lugares de responsabilidad que tienen que orientar o dirigir las sociedades, sin duda, tiene que ser una persona con formación universitaria. Por lo tanto, la universidad quiere formar buenos profesionales pero con una sensibilidad especial hacia las necesidades de personas desiguales, respetuosas con el medio ambiente,... Por ejemplo, un arquitecto tiene que ser un profesional pero no hacer espacios solo de cemento sino también zonas verdes y sostenibles.

¿Se ha notado el cambio de gobierno, tanto autonómico como local?

Por su puesto que se ha notado el cambio. El actual gobierno de la Generalitat y la corporación de Castelló, al menos, ha manifestado siempre una apuesta por lo público, y una apuesta explícita, en declaraciones. He de decir que también tenemos una excelente relación con la diputación. En el caso de la Generalitat, actuaciones como la de la consellera de Sanidad en cuanto a las prácticas de los alumnos de universidades públicas y privadas en hospitales públicos, es una muestra de que hay una verdadera creencia en lo público. Por tanto, sí que hemos notado una mayor protección de lo público.

¿Cuál es la actual situación financiera de la UJI?

Con el dinero que nos permite hacer políticas propias „que son la subvención de la Generalitat de 61,1 millones„ más lo que ingresamos por matrículas „unos 17 millones„ la universidad se las ve y se las desea para mantener la oferta de grados y de másteres y, sobre todo, la oferta que recientemente se ha activado en Ciencias de la Salud.

El presupuesto para 2017 se ha incrementado notablemente, ¿ayudará eso a mejorar la estabilidad económica?

Cuando uno ve un presupuesto de 174 millones, comparado con el año pasado de 94 millones, uno puede pensar que es un incremento bárbaro pero hay que saber leerlo. En las universidades tenemos varias vías de financiamiento: la transferencia de la Generalitat Valenciana, lo que es la subvención ordinaria; y las tasas y matrículas que cobramos a los estudiantes. Esos son los ingresos, fundamentalmente. El resto son ayudas porque vamos a convocatorias de proyectos o hay empresas que nos financian. Pero claro, todo este dinero que entra con una finalidad exclusiva, es lo que llamamos ingresos finalistas, van hacia una cosa concreta y no es para pagar el personal, ni el mantenimiento del campus.

¿Qué lo solventaría?

Lo que reclamamos a la Generalitat Valenciana es que restaure la subvención ordinaria que tenía la universidad porque hemos crecido y que ese crecimiento es insostenible con el recorte que se aplicó en 2013. Si hemos podido mantener un nivel de excelencia en la investigación ha sido porque hemos tenido un plan propio. Hemos hecho un esfuerzo enorme en recortarlo todo excepto los cuatro millones que dedicamos a políticas concretas de investigación. Hemos sido tan austeros y hemos hecho políticas sostenibles para conseguir que el mantenimiento del campus se redujera en cantidades que han servido para mantener la excelencia en la docencia.

¿En qué debería mejorar la UJI?

De cara al futuro hay varios objetivos que son importantes. Uno de ellos es la internacionalización. Tenemos que estar comprometidos en conseguir el valor global, sin perder la perspectiva local. Tenemos que mantener esa visión local y que los talentos de Castelló puedan estudiar en la universidad de Castelló, pero también queremos buscar el talento allí donde esté. Ser capaces de generar el estímulo en los estudiante de otros países y que la UJI sea el lugar donde quieren estudiar. Para ello es necesario el multilingüismo, que te puedas expresar en la lengua propia y lo puedas hacer de una manera natural. Tenemos que hacer una gran apuesta en idiomas. El otro reto es el de estar en los «rankings» y saber cuáles son los indicadores que nos pueden permitir, de alguna manera, estar ahí. Porque creemos que tenemos una excelencia y, haciendo un poco más de esfuerzo, nos permitirá estar en los primeros puestos o, al menos, en lugares de visibilidad de esos «rankings».

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