El próximo 17 de junio el estadio Castalia cumplirá treinta años de existencia. Tres décadas donde por allí la afición del CD Castellón ha cantado goles de su equipo en Primera, Segunda División, Segunda B y, lamentablemente estas seis últimas campañas, el conjunto de la capital de la Plana pelea en Tercera, categoría que desgasta mucho. Desgasta como el tiempo, que está haciendo mella en la estructura de un estadio que lleva muchos años sin que se le cuide. Se hizo una remodelación en verano de 2005 como consecuencia del ascenso a la división de plata, pero desde entonces se ha ido deteriorando la instalación y los dirigentes que han pasado por el club capitalino apenas han invertido para mejorar las muchas deficiencias que van apareciendo.

Esta temporada en curso es la que saltan a la vista numerosos problemas. Y David Cruz hace caso omiso a las denuncias de la afición. El pasado domingo, en el partido contra el Muro, muchos aficionados denunciaron en las redes sociales el deplorable estado de las instalaciones, enviándolas tanto a la alcaldesa Amparo Marco como al concejal de Deportes Enric Porcar. Y la verdad es que la preocupación ha sido máxima. Cabe recordar que el Castellón sigue utilizando esta instalación municipal sin haber renovado el convenio de cesión, algo que se tendrá que solucionar en los próximos días.

Y es que en el actual estadio Castalia hay puntos concretos acotados por riesgo de desprendimientos y el consiguiente peligro para los aficionados. Grietas en las paredes, lámparas que cuelgan de los cables eléctricos, barandillas rotas y oxidadas, que es otro peligro para pequeños y grandes... Falta mucha mano de obra.

Eso por no hablar del patético estado del terreno de juego que hoy en día es el principal enemigo para los futbolistas del Castellón por el riesgo de sufrir una lesión porque se juega sobre una superficie de césped seco y tierra, como consecuencia al abandono del club a la hora de cuidad el terreno de juego porque la empresa de mantenimiento abandonó porque no se les pagaba. Un campo así es impropio para un equipo que aspira a disputar una nueva fase de ascenso a Segunda B.