Las condiciones actuales de la planta de Reciplasa en el municipio de Onda y el cierre parcial del vertedero de Tales determinan que la entidad de gestión de los residuos de Castelló y su zona metropolitana se vea obligada a transportar por carretera 110 toneladas anuales de residuos para que sean tratados en otras plantas. Ese transporte supone un sobrecoste de cuatro millones de euros que asume la entidad, es decir, la ciudadanía y las empresas a través de sus impuestos. Reciplasa es una entidad pública de gestión de residuos que agrupa a 46 municipios de la zona centro de la provincia de Castelló con una población estimada superior a las 350.000 personas.
Además, la entidad también gestiona los residuos ordinarios, no industriales ni derivados de la actividad profesional, de las empresas y comercios de la zona más densa y dinámica desde el punto de vista económico de la provincia de Castelló. En concreto, la entidad de gestión traslada a la planta de tratamiento de residuos de Cervera un total de 30.000 toneladas anuales mediante 4 camiones de lunes a viernes y dos camiones los sábados, así como también deriva basura a la planta de Pedralba, en la provincia de València tres camiones semanales con graneles de rechazo.
El traslado de los residuos que no pueden ser tratados en Onda se completa con la salida de nueve camiones diarios cargados con 'balas' de residuos clasificados como rechazo a los vertederos de Zaragoza y Ciudad Real, unas instalaciones que en este último caso también reciben 6 camiones diarios procedentes de Onda con basura a granel. Además de la incapacidad del consorcio de la zona más poblada de la provincia de Castelló de tratar sus propios residuos, al impacto ecológico cabe sumar el coste del CO2 emitido a la atmósfera por los camiones que diariamente reparten la basura entre València, Castelló, Ciudad Real y Zaragoza. Cabe apuntar que la planta de Onda recibe más de 165.000 toneladas anuales de residuos, por lo que «exporta» a otras plantas casi el 70% de estos residuos por no poder tratarlos in situ.
En este sentido, la entidad de gestión de residuos ha reconocido que necesita la ampliación de su capacidad de vertido y aunque hasta la fecha no habían indicado qué municipio recibiría la instalación, por motivos logísticos, técnicos y económicos, la decisión se decanta hacia el municipio de Onda.
Para la aprobación del vertedero, según reconocieron hace meses desde el Ayuntamiento de Onda, se necesita una modificación del Plan General de Ordenación Urbana por mayoría absoluta en el pleno local. Sin embargo, a fecha de hoy, esa mayoría es complicada.
El PSOE, ahora en el gobierno, necesita al menos el apoyo de tres grupos para aprobar esta modificación. El Partido Popular ya ha mostrado su rechazo frontal a un proyecto en el que ha criticada su «opacidad». «El PP tiene muy claro que va a posicionarse en contra de que la mayor parte de las basuras de la provincia vengan a nuestra ciudad», aseguran en uno de los numerosos comunicados.
Ciudadanos, por su parte, también lo rechaza, pero aboga por una consulta entre la ciudadanía de Onda para recibir un proyecto de tal envergadura. Con los votos de los otros tres partidos (OSSP, EU y Compromís) sumados al del PSPV sería suficiente, pero a fecha de hoy, ninguno de ellos se ha posicionado a favor del proyecto, aunque sí a estudiarlo. Por ejemplo, desde OSSP tampoco descartaron un plan de participación con la inclusión de una consulta.
