Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las cuarenta

Semana fantástica

Como si de una pomposa y nada original promoción de unos grandes almacenes se tratara, afrontamos nuestra semana fantástica, con todos aquellos atractivos que nos arrastran por el sumidero del consumismo -­léase euforia- desenfrenado

Como si de una pomposa y nada original promoción de unos grandes almacenes se tratara, afrontamos nuestra semana fantástica, con todos aquellos atractivos que nos arrastran por el sumidero del consumismo -­léase euforia- desenfrenado. Pero según de dónde viene la propaganda, es lógico que se enfríe esa ola de positivismo desatada y en las colas de acceso se hable más de las dudas que de las ofertas.

Esa gran superficie comercial a la que me refiero, el CD Castellón, recibe el domingo al líder. Casi nada. Después de un inicio de la competición con más sombras de las esperadas por plantilla y presupuesto, los tres puntos contra el Levante B supondrían un bálsamo para la clasificación, pero sobre todo para el entrenador, quien ha pasado de ser el héroe de la cruzada contra David Cruz a poco menos que el culpable de que los sueños de la afición no se hagan realidad, y de ahí a ser el primer mártir de la era Montesinos apenas hay un partido de tregua: éste.

Ni los espectadores ni Frank pueden quedarse en la anécdota de los cinco puntos que se han dejado de sumar en los últimos minutos. Uno que se escapó contra el Almazora y los dos del Crevillente y Eldense.

Y siendo importantísimas las lesiones sufridas, especialmente la de Arturo, tampoco es la excusa que justifica esa triste sexta posición actual, precisamente a cinco puntos del primero. Nada más lejos de mi intención cuestionar la actitud de los jugadores, todo lo contrario, cuando incluso han corregido a base de coraje algunos desvaríos tácticos. Tampoco falta quien reclama más fuerza en la medular y yo discrepo a tenor del currículo que adorna a nuestros hombres. Pero tengo para mí que las condiciones físicas no son las idóneas, y un inesperado líder viene a ponerlas en tela de juicio con más obligaciones y ansiedad para los locales que para ese sólido filial como el que nos ocupa.

Todo lo que no sea ganar causará demasiados quebrantos como para prescindir del siempre generoso aliento de la afición y con él hacer decantar el fiel de la balanza. Con tanto como hay en juego, es lógico vestir Castalia de gala para intentar trasladar al contrario esa presión que nos acucia por mor de tan mollar clasificación. El domingo son tres puntos de inflexión innegociables.

Y para redondear la promoción del producto, se cumple estos días el mes que se había autoconcedido el presidente para convocar la junta general de accionistas. Se conoce que eran pocos los cien días que le llevaron a soltar bilis contra empresas y ayuntamiento, y se regaló otros treinta para llamar a andana, esto es la ampliación de capital, que curiosamente no se vé tanto como la obligación mercantil que evite la disolución de la sociedad como la oportunidad de desvincularse definitivamente de Cruz, Osuna y todas las rémoras que nos han castigado con una gestión más sospechosa que torpe.

Hubiera sido más fácil no ponerse fechas, pero uno es esclavo de sus palabras y ahora toca hacer pública esa auditoría en el alarde de transparencia que se nos ha vendido con más ruido que nueces, y continuar con la convocatoria de esa asamblea decisiva. Tiempo también para olvidarse de pedir a los demás, mojarse y anunciar cuánto dinero va a poner el actual consejo de administración. So pena de volver a apelar a a la afición. Entonces se verá si lo que pudo haber sido una semana fantástica ha acabado siendo una ganga de todo a cien.

Compartir el artículo

stats