La Jaume I de Castelló se ha convertido en la primera universidad española en tener un código ético con mecanismos de control para que se cumpla de una manera efectiva. El documento fue presentado ayer por el rector de la UJI, Vicent Climent, en el espacio cultural de Menador donde resaltó la inclusión de un sistema de cumplimiento que incluye un canal de comunicación para plantear sugerencias y propuestas de mejora, una comisión de ética que velará por su seguimiento y la realización de una memoria de Responsabilidad Social Universitaria (RSU) a través de las que se rendirán cuentas de forma periódica.

Entre las normas y estándares mínimos de exigencia que recoge el código actualizado se abordan los conflictos de intereses ante los cuales se establece que se tendrá que actuar «con integridad, sin afectar a la imparcialidad y objetividad de la actividad realizada y abstenerse de cualquier beneficio personal no justificado».

Asimismo, se hace hincapié en que «en ningún caso» se podrá hacer uso de un cargo para «beneficiar a familiares o amigos, tanto en la contratación de personal como en cualquier actividad académica o relación comercial». «En estos casos, si existe una relación familiar, se tiene que hacer público siempre», se añade.

En cuanto a las incompatibilidades se especifica que debe evitarse que los trabajos derivados de la transferencia de conocimientos repercuten negativamente en las tareas académicas, docentes e investigadoras. Por último, también se hace alusión a la prohibición de hacer «regalos, favores o servicios» que vayan más allá de los usos habituales, sociales y de cortesía para evitar condicionar la neutralidad u objetividad del cometido.

«Abusos y escándalos»

El rector de la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló, Vicent Climent, hizo alusión a «los abusos y escándalos» de la crisis que han hecho que «determinados gobiernos pusieran el acento en estas cuestiones de responsabilidad social y rendición de cuentas con la elaboración de la ley de transparencia, el código de buen gobierno y el código de buenas prácticas académicas».

El código ético también establece la obligatoriedad de cumplir con un ejercicio de transparencia y rendición de cuentas publicando de manera periódica y actualizada toda aquella información que sea relevante para garantizar el funcionamiento de la institución. El respeto a la dignidad de las personas, el compromiso social, el servicio público, la igualdad de oportunidades, la participación y la lucha contra el plagio son otros de los baremos éticos a cumplir por toda la comunidad universitaria de Castelló. «Con este documento la universidad recoge su compromiso de alcanzar sus fines y con el que busca convertirse en una universidad de referencia de una forma responsable con su entorno, con la sociedad y con los valores que le son propios: el liderazgo, el respeto, la inclusión, el humanismo, la innovación y la responsabilidad», explicó el propio Climent.

La elaboración del Código Ético de la UJI ha estado coordinado por el equipo encabezado por el comisionado para la Responsabilidad Social Universitaria, Domingo García Marzá, y ha contado con la participación del dibujante de Levante de Castelló, Xipell, para ilustrar cada uno de los valores recogidos. El acto se completó con una mesa redonda sobre la gestión de la ética y la responsabilidad social en las empresas y organizaciones donde los participantes destacaron la importancia y los beneficios de la gestión de la ética.