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El Consell lleva a la fiscalía al «paranyer» que amenazó a agentes ambientales

Medio Ambiente presenta una denuncia por obstrucción a la autoridad y por disponer de 91 trampas de caza ilegales El autor hizo caso omiso a la identificación de los funcionarios

Un «parany» situado en una finca de Castelló. levante-emv

El Consell imputa al propietario del «parany» una posible obstrucción a la autoridad al negarse a identificarse y por llevar el arma de fuego cargada, además de un presunto delito contra el medio ambiente por la utilización de hasta 91 trampas de caza ilegales, según confirmaron ayer fuentes de la conselleria, que indicaron que tenían previsto presentar la denuncia a lo largo del día de hoy ante el ministerio público.

Tal como adelantó ayer Levante de Castelló, el aficionado al «parany» empuñó la escopeta contra los agentes cuando realizaban un control en su finca el pasado 31 de octubre a las seis de la madrugada. El «paranyer» se negó a reconocer la identificación de los dos funcionarios públicos y llamó a la Policía Local. Con la llegada de los municipales decidió bajar el arma y retiró los dos cartuchos.

Los agentes ambientales tienen la competencia de vigilar y controlar la temporada de caza, pero al parecer el autor de los hechos no se fiaba de la autoridad de los agentes, de ahí que avisara a la Policía Local. Los agentes muestran su sorpresa por su negativa a bajar la escopeta cuando se identificaron de manera reiterada, máxime, recuerdan, cuando estaba cargada con dos cartuchos.

Asimismo, el «paranyer», según el Consell, también se negó a entregar los 91 artilugios preparados para la caza del «parany». Sólo pudieron llevarse tres trampas.

El cuerpo de agentes forestales está formado en la provincia de Castelló por unos 55-62 agentes, según las mismas fuentes. Las plazas se elevan a 72, pero hay vacantes que no se cubren, añadieron.

Las trampas localizadas consisten en cestas-malla, una nueva modalidad de caza del «parany» que presentó hace un año la asociación de Apaval para intentar amoldar a la normativa vigente la práctica de esta modalidad, que fue ilegalizada hace 14 años. Este sistema de caza permite capturar los tordos pero sin matarlos. Consiste en trampas que presentan el aspecto de una jaula rectangular con una red en la parte inferior, un listón de madera en la central y dos puertas que se accionan a través de los muelles.

La Conselleria de Medio Ambiente insiste que este método continúa siendo calificado como ilegal. Es por ello que los agentes decidieron entrar a la casa de l'Alcora cuando comprobaron que en el interior podían hallarse «paranys» en activo. Dieron el aviso a los residentes de la vivienda con la bocina del vehículo oficial y tras no contestar accedieron al interior de la misma. Pese a informar de su cargo de funcionario autonómico, el hombre hizo caso omiso y mantuvo en alto la escopeta, a sólo metro y media de distancia de los agentes, hasta que se desplazó la Policía Local.

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