«Castelló es muy especial para mí por muchas cosas, pero sobre todo porque es la ciudad en la que nacieron y en la que viven dos de mis grandes amores, mi hija Rocío y mi nieto mayor, Iker», asegura a Levante de Castelló Karina, la cantante que puso 'patas arriba' el panorama musical hispano cuando a finales de los años 60 grabó canciones como Las flechas del amor y Romeo y Julieta que la convirtieron en la verdadera reina del pop hispano.

Ahora regresa, una vez más, a Castelló, la ciudad que durante años fue su hogar, y lo hace para actuar mañana en una gala de la Colla del Rei Barbut.

Karina, que ya había actuado en el Hostal de la Llum, en La Pérgola y en numerosos pueblos de la provincia; llegó a Castelló en 1987. Escogió la capital de La Plana como base de una extensa gira veraniega, preámbulo de su regreso al mundo del disco con el LP Siempre está en mi corazón. Y aquí conoció al estilista Juan Miguel Martínez, que se convirtió en su pareja y en el padre de se segunda hija. Un amor que no duró demasiado y que, lamentablemente, finalizó en bronca, con alguna que otra reconciliación, que alimentó durante años a la prensa del corazón.

«Al margen de los problemas de pareja, tengo que reconocer que en Castelló fui muy feliz. La gente me acogió muy bien y siempre me ha tratado con mucho cariño y respeto. Me sentí y me siento, cada vez que vuelvo, muy querida y como en casa, y conservo grandes amigos», cuenta Karina.

Y aunque en Castelló ya habíamos tenido como vecinas de excepción a Marifé de Triana y a Conchita Bautista, la presencia de Karina en las calles de Castelló nunca fue otra cosa, y nunca dejó de sorprender (y emocionar) a propios y extraños por su gran trascendencia artística y mediática: Karina ha sido una de las mayores vendedoras de discos de España, fue segunda en Eurovisión 1971 y cuenta con una gran trascendencia internacional.

En el año 1989 nació su hija Rocío Lledó, que fue madrina infantil de la Gaiata 5 en el año 1999 y dama de la ciudad en 2000. En aquellos años, Karina vivió con intensidad las fiestas de la Magdalena e insulso participó en la ofrenda de flores a la patrona de la ciudad.

«La verdad es que tengo ganas de volver a Castelló y, además en Magdalena», asegura la siempre recordada Maribel Llaudes.