La tempestad que golpea al món de la festa está lejos de amainar para devenir en la calma que tanto anhela el bipartito. Más allá de que Juanvi Bellido se haya rebelado contra su cese, el hecho de que mantenga mayoría de vocales afines en la Junta de Festes augura un futuro incierto hasta que se convoquen elecciones para elegir nuevo presidente, lo que ocurrirá después de la Magdalena de 2019.

Y eso es así porque el Patronat Municipal de Festes ha descartado ampliar el número actual de miembros pese a que podría hacerlo, habida cuenta las vacantes existentes por las renuncias acumuladas en los últimos años -más de una veintena-. Según los estatutos, en su capítulo III referido al órgano de colaboración, el ente festivo debe estar compuesto por dos equipos de trabajo (uno de gestión y otro de colaboración) integrados por un máximo de 24 vocales (12 cada uno). En estos momentos son 17 los colaboradores que forman la Junta, 9 de los cuales han mostrado públicamente y en repetidas ocasiones su fidelidad hacia Bellido. La última, el pasado jueves firmando un comunicado para rechazar su destitución, aunque respetando la decisión unánime adoptada por el Consell Rector.

La medida de mantener la estructura de la Junta sin Bellido obedece a una cuestión de confianza hacia los propios miembros que continúan, así como de salud democrática. En este sentido, teniendo en cuenta que el nombramiento de nuevos vocales ha de partir de una propuesta de la propia presidencia del ente festivo, cargo que ahora recae en la concejala de Fiestas, Sara Usó, y que debe contar con la aquiescencia del presidente del Patronat -en esta caso presidenta en la figura de la citada Usó-, se entiende que la incorporación de más colaboradores podría interpretarse como una injerencia.

Por otro lado, asumiendo la presencia de afines a Bellido en la Junta de Festes, desde el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Castelló existe el convencimiento de que pesará más el bien común de la ciudad que los intereses partidistas a la hora de tomar decisiones y programar la próxima Magdalena.

A este respecto, la concejala de Cultura, Verònica Ruiz, integrante además del Consell Rector del Patronat, considera que «cada uno tiene que ser fiel a sí mismo, haciendo lo que crea que tiene hacer con su conciencia». La afirmación es un claro mensaje a los simpatizantes de Bellido, que también entienden que las fiestas están por encima de las personas. Al menos, así lo expresaron en el reseñado comunicado del jueves para justificar su continuidad en la Junta: «Hemos decidido seguir con nuestras funciones al considerar que cuando aceptamos el cargo adquirimos un firme compromiso con la ciudad de Castelló y sus fiestas».

Independientemente de la decisión del Patronat de mantener a esos 17 miembros, lo que no tiene marcha atrás es la reforma del reglamento. Como subraya Ruiz, la modificación «no es una cuestión de lo que me gusta más o menos, es una cuestión de cuanto más participativa sea y mejor sea para nuestras fiestas de la ciudad, mejor para todos».

La renovación de la reglamentación, por su complejidad, tardará en el tiempo, aunque « se está trabajando en ello», precisa la edil de Cultura, quien también desvela que la convocatoria de una asamblea extraordinaria de fiestas conllevará ciertos plazos por la implicación de colectivos y asociaciones varias.

«Convocar una asamblea no es algo que se puede hacer de hoy para mañana. La idea de la concejala de Fiestas es que cuanto antes mejor, pero mover a tanta gente no es fácil», explica Ruiz.