Vila-real se vistió de rojo y amarillo en el prólogo de la gran fiesta futbolística que vivirá esta noche con la disputa del España-Suiza en el Estadio de la Cerámica. La localidad respondió al envite con creces y demostró el hambre que tenía la afición de reencontrarse con la selección, casi una década después de la última visita de la Roja a la Plana Baixa. El feudo del submarino actualizó los recuerdos de aquel España-Chile de noviembre de 2008 en una tarde en la que unas 10.000 personas se reunieron en La Cerámica para asistir en directo al último entrenamiento de los hombres de Julen Lopetegui, que tuvo a Andrés Iniesta como protagonista destacado antes de su último amistoso en tierras españolas. La prueba definitiva antes del Mundial de Rusia contra Túnez la selección la disputará en Krasnodar.

La provincia de Castelló no quiso quedar en mal lugar, y respondió desde horas antes del encuentro. Desde el mediodía, enfrente del Estadio de la Cerámica, estuvo abierta la fan zone, que hoy también permanecerá operativa. Inaugurada por el internacional Marcos Senna, el presidente de la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana, Vicente Muñoz, y el concejal de Deportes de Vila-real, Javier Serralvo, sirvió como punto de encuentro de la hinchada que aprovechó la ocasión de fotografiarse con los trofeos ganados por la selección, además de participar en numerosos juegos y actividades.

Otro punto de interés, durante la mañana fue el hotel Tryp Center, en Castelló. Pasado el mediodía, la expedición aterrizó en el Aeropuerto de Vilanova antes de dirigirse a la capital de la Plana. Cerca de un centenar de personas esperaba en la Ronda Mijares la llegada del autobús con los internacionales españoles.

El bus de la selección volvió a ser protagonista antes de que el combinado nacional pisara el césped del Estadio de la Cerámica. Desde más de una hora antes del entrenamiento, previsto a las 20.00, comenzó a congregarse la afición en la zona de Tribuna del campo. Sobre el terreno de juego, desde las 18.30, ya entrenaba el combinado suizo, mientras más de medio millar de personas arropaba la llegada de la selección española a La Cerámica.

«Iniesta, Iniesta»

Una vez sobre el verde de La Cerámica, Iniesta se erigió como gran protagonista. En quizá su última visita a Vila-real, la grada lo recibió coreando su nombre. Saltó de los primeros al campo, y esto permitió que el homenaje, que se repitió durante el entrenamiento, fuera todavía más evidente. Además, la hinchada provincial desterró cualquier conflicto y le regaló una ovación y también coreó el nombre de Gerard Piqué.

Una fiesta del fútbol en la que más, allá del rojo de la selección y el amarillo del Villarreal, las calles de la ciudad se llenaron de los colores de toda clase de camisetas. No faltaron en la grada aficionados con la elástica del Villarreal, del Castellón, del Real Madrid, del Roda o del Atlético, e incluso ondeó una bandera del Girona FC curiosamente. Todo antes del día grande en el que se espera prácticamente un lleno en la Cerámica.