Los moroneros festejaron ayer con la mayor de las solemnidades la fiesta de su patrón, Sant Joan Baptista. Una jornada que estuvo dedicada por completo a honrar al protector de la localidad. Para ello, el templo parroquial de Sant Joan de Moró se llenó de devotos, que participaron en la misa concelebrada, y que estuvo cantada por la rondalla del pueblo. Los vecinos pidieron la intercesión del patrón para gozar de salud, trabajo y felicidad, en un ritual que se repite año tras año.

Pero el punto álgido de la jornada fue la procesión de la imagen de Sant Joan, que recorrió las calles de la localidad junto a la de Sant Vicent, los dos santos a los que los moroneros devocionan de manera intensa a lo largo de todo el año. La comitiva estuvo presidida por el alcalde, Vicente Pallarés, acompañado del resto de miembros de la corporación municipal y autoridades, además de contar con la participación de los músicos de la Banda Municipal. Una ofrenda de fervor y respeto fue marcando el paso de las dos imágenes en su periplo por las calles de Sant Joan de Moró. Terminados los honores, los vecinos degustaron horchata y fartons.